En el Concejo avanza una norma que dará prioridad de atención en todas las colas a embarazadas, ancianos y discapacitados.
Caras largas, miradas desentendidas, quejas y hasta peleas. Todas son postales habituales en las colas de espera a la hora de dar prioridad de atención a embarazadas, ancianos o personas con discapacidad. Y esas reacciones muchas veces se imponen al gesto de ceder el lugar, incluso en colas –como en las de los hipermercados– donde hay cartelería visible que otorga prioridad de atención a esos grupos.
Buscando reforzar el sistema de prioridades e instar a oficinas y comercios a generar las condiciones necesarias para que se cumplan, el Concejo Deliberante avanza en un proyecto para fijarlas por ordenanza en la ciudad. La iniciativa fue presentada por Claudia Martínez, concejal de Unión por Córdoba, y ya tuvo una aprobación en comisión, lo que anticipa altas chances de que se convierta en ordenanza.
“Estimo que en dos semanas podría quedar aprobada”, anticipó Martínez. Su proyecto incluye la adhesión de la ciudad a la ley provincial 9.131, que fijó prioridad de atención para esos tres grupos en todas las oficinas públicas. Pero extiende mucho más ese alcance: además de la administración pública, otorga prioridad de atención a “mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidad o movilidad reducida (…) en establecimientos públicos y privados; y en cualquier otra dependencia y/o servicio público habilitado, prestado o concesionado por el Municipio”.
Esto incluye a toda clase de comercios, sin importar su tamaño; bancos, empresas de servicios y hasta las colas de espera de colectivos y taxis, por ejemplo. “Lo lógico y deseable sería que esto se diera naturalmente, pero al depender de las buenas costumbres las prioridades muchas veces no se respetan en la ciudad. Al fijarlas por norma buscamos que se generen como hábito, que la sociedad reflexione y cultive esos valores tan positivos”, señaló Martínez.
Multas. El proyecto fija que se debe disponer de una ventanilla, caja o sector donde sean atendidas las personas con prioridad, y donde eso no exista se las debe hacer pasar antes que al resto. A la vez, insta a los establecimientos a generar las condiciones necesarias para que las prioridades rijan, y capacitar al personal para que las tutele.
Todos los sitios alcanzados deberán tener un cartel visible que informe que embarazadas, ancianos y discapacitados tienen prioridad, y se fijarán multas para los establecimientos que violen la nueva norma. Defensa del Consumidor municipal será la autoridad de aplicación.
Opinión, Florencia Ripoll
¿Naciste de un repollo?
De mis dos embarazos tengo recuerdos maravillosos y otros para el olvido. Por suerte los primeros son mayoría, encabezados por la sensación única de sentir un hijo creciendo dentro. Entre las memorias amargas, destaco dos: las náuseas de 9 meses de duración y el nudo en la panza con el que entraba al supermercado.
¿Un extraño síndrome gestacional? Para nada, al nudo me lo provocaba la certeza –confirmada el 90 por ciento de las veces– de que iba a tener que protagonizar alguna “escena de pugilato” para que me cedieran la prioridad que me garantizaba el cartelón ubicado en la caja, y el monumental bombo que yo cargaba, igualito al del dibujito. Tuve que “fumarme” –como ahora se dice– toda clase de actitudes, hasta la de un atlético y joven señor que, luego de decir que perdía un avión, mutó a sentir dolor de espalda con levantada de camisa incluida (le mando saludos si anda por ahí negando prioridades). En ese panorama, las veces que me dieron paso se sintieron como un gesto inspirador, que por supuesto agradecí y sigo practicando ahora desde el lugar opuesto.
Fuente: Día a Día
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