Se determinó que Francisco Mignola, quien murió el 26 de octubre en una fiesta electrónica, consumió cocaína, éxtasis, marihuana y un potente vasodilatador.
Una combinación de drogas consumió Francisco Mignola antes de morir mientras participaba de una fiesta electrónica realizada el 26 de octubre último en una estancia ubicada en el Camino del Cuadrado.
Análisis complementarios detectaron que Francisco tenía en su organismo restos de cocaína, marihuana, éxtasis y popper (una droga sintética), según indicó LaVoz.com.ar.
La muerte de Francisco Mignola puso en la mira las fiestas electrónicas que se hacen en zonas alejadas de las ciudades durante el día, en un presunto marco de ilegalidad. Los padres del joven sostienen que en este evento se vendió droga, por eso es importante la pericia que confirma el policonsumo de estupefacientes.
Todavía no hay imputados por la muerte del joven, ocurrida el 26 de octubre alrededor de las 14.30 en el hospital de La Falda, a donde fue llevado desde la estancia El Silencia, en el Camino del Cuadrado. Llegó al centro asistencia en un vehículo que sería de uno de los organizadores de la fiesta “after hour”.
La investigación judicial determinará cómo murió Francisco y si los presuntos organizadores, Mariano Carballo y César Lombardi, tuvieron responsabilidad en el deceso. Ambos ya se presentaron ante la Justicia y presentaron sendos recursos para permanecer en libertad en caso de ser imputados.
Los padres de Francisco, representados por Miguel Ortiz Pellegrini, sostienen que en aquella fiesta se vendieron drogas como parte del negocio montado aquel finde en El Silencio.
Algunos testigos aportaron a la causa que el joven estaba alterado en la zona de estacionamiento que se armó en la estancia, por lo que alguien le podría haber suministrado alguna droga.
La familia sostiene, incluso, que en el evento había un médico que conocía a Franciso, pero que se negó a atenderlo. Esa sería una nueva punta de la investigación judicial que intenta determinar posibles responsabilidades dolosas o culposas.
Francisco llegó a eso de las 9 con otros cuatro amigos a la fiesta. Desde la noche anterior habían estado en boliches de la ciudad de Córdoba. La fiesta siguió –pese a la muerte del joven– hasta las 17.
Fuente: Día a Día
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