A un año del tornado, todavía quedan secuelas el temporal, uno de los más graves de la última década, dejó a la ciudad destrozada. Hubo recuperación, pero quedan daños.
Hace un año, un tornado azotó la población de Villa del Rosario, ocasionando cuantiosos daños que todavía están siendo reparados. Fue, en su tipo, uno de los más severos que recuerde Córdoba en la última década.
El viento, ancho y en forma de embudo, tuvo ráfagas de más de 100 kilómetros por hora. No vino solo: se sumó a una tormenta de lluvia y piedra. Su furia se llevó vidas humanas, dejó más de 40 heridos, destruyó fábricas, viviendas y galpones, dejó por el piso cientos de árboles y postes, quedando un escenario devastador, nunca antes visto en esta ciudad de 20 mil habitantes, a 78 kilómetros de Córdoba capital. El fenómeno ocurrió el lunes 2 de diciembre, entre las 18.40 y las 19.
Un día después del temporal, comenzaron las reparaciones, que continúan hasta la fecha. Aquellos días hubo mucha solidaridad entre los vecinos, pero también oportunismo mezquino. Como la ciudad quedó a oscuras por varios días y sin el suministro de agua potable, un paquete de velas pasó de costar 2,50 a 20 pesos. También aumentaron los precios de equipos electrógenos y tanques de agua, según se recuerda aún hoy.
Días atrás, el municipio organizó un encuentro con alumnos de las distintas escuelas y vecinos para recordar la tragedia. En esa ocasión el intendente Roberto Herrera entregó becas estudiantiles y regaló 500 árboles a distintas familias.
Reconstrucción
Desde el municipio aseguran que se hizo mucho para recuperar la ciudad, que se muy distinta a un año atrás. De todos modos, quedan secuelas. Algunas familias todavía no recuperaron sus viviendas. Varias escuelas tienen inconvenientes. Y un club, al que se le voló el techo, no pudo iniciar su reconstrucción por falta de fondos.
También le llevará más tiempo recuperar la zona del balneario, uno de los sectores más afectados, donde sólo el 20 por ciento de los árboles resistieron la tormenta.
Pero de a poco, la ciudad y la vida de los vecinos se fueron normalizando. Las fábricas dañadas, entre ellas una muy importante de muebles, quedaron pronto restauradas. Entre otras cosas, se reconstruyeron nueve viviendas y se ejecutan seis más. Se repusieron semáforos y junto a la cooperativa se colocaron 600 luminarias, sobre un total de casi dos mil afectadas. Se instalaron 300 postes de luz y se cambiaron unas 100 señales de tránsito.
También se repararon distintos espacios verdes y se realizó una poda regenerativa en más de mil árboles. En este sentido, desde el municipio indicaron que llevan adelante un plan de reforestación, habiendo plantado unos 700 árboles, aunque reconocen que todavía queda mucho por reforestar en el área urbana.
Tras la evidencia de la ciudad destrozada, la Provincia aportó kits de materiales para la construcción de viviendas, subsidios a las familias más perjudicadas y árboles para reforestar. La Fundación Banco de Córdoba entregó créditos a comercios e industrias. El Gobierno nacional aportó un millón de pesos.
Víctimas fatales
Dos vidas se llevó aquel viento indomable. Miguel Bonaldi (32), un joven discapacitado que circulaba en bicicleta por la ciudad y fue alcanzado por la fuerte pedrea; e Ismael Pereyra (35), quien murió en la zona rural.
Fuente: Agusto Laros La Voz
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