PRIMERA ETAPA DE LA PREINTERNA DEL PERONISMO DISIDENTE. UNA INTERNA PEQUEÑA, PEQUEÑA
Dos a la caza de los votos macriperonistas. Los organizadores informaron que votaron más de treinta mil personas, una cifra imposible de verificar por las características de la elección que, por otro lado, no se sintió en el domingo porteño. La misma cantidad de delegados para cada candidato.
La desinflada preinterna del Peronismo Federal tuvo ayer su primer capítulo. El ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde y el mandatario de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, –los que quedaron después de las defecciones de Mario Das Neves y el diputado Felipe Solá–, iniciaron la compulsa en la Capital Federal y que continuará por el interior para ver quién será el presidenciable del PF en las elecciones de octubre. En una sorprendente paridad en la que la diferencia fue de 248 votos a favor de Duhalde, ambos se repartieron equitativamente los congresales en juego.
El Tula, bombisto oficial de Carlos Menem y ahora de Duhalde, el ex presidente del Banco Central Martín Redrado y el sindicalista Gerónimo «Momo» Venegas fueron los espectadores de lujo cuando se anunciaron los cómputos finales llegando las once de la noche. «16.728 votos para Rodríguez Saá, 16.976 votos para Eduardo Duhalde», anunció el vocero del PF con unas cifras de votos que no cierran con la cantidad de mesas abiertas. El énfasis puesto en la cantidad de votantes fue la tónica del día y corporizó lo que los organizadores de la interna curiosamente ya anunciaban que iba a suceder unos días atrás. Los 33.704 votos anunciados por los organizadores fueron adjudicados al macriperonismo de la ciudad y «gran cantidad de ciudadanos independientes». De todos modos, la cantidad de votos es difícil de comprobar debido a que se podía votar con papelito escrito, un volante o una propaganda de los candidatos y sin registro del voto emitido por la persona en ningún documento.
A las tres y cuarto de la tarde, el precandidato puntano acompañó a su novia Delfina Frers –ex modelo y corredora de autos en los años 90– a votar en el colegio Lenguas Vivas de Recoleta. La primera señal que envió hacia sus filas fue de desconfianza: «Esta noche, voy a decir que le gané a Duhalde y a (el jefe de Gobierno porteño, Mauricio) Macri». Las declaraciones que había realizado el gobernador de San Luis iban detrás de la denuncia de que «el PRO participa en esta interna» en favor de Duhalde. Apuntó directamente a la buena sintonía que tienen el bonaerense y el porteño ante el acercamiento en provincia de Buenos Aires y Santa Fe. Para confirmar las sospechas del puntano, el dirigente macrista Cristian Ritondo participó de la interna votando en el barrio de Mataderos y dijo que quería que «Macri sea presidente, pero sentí que en la interna había que darle una mano a Duhalde», a lo que agregó luego su voluntad de «acordar una alianza con el Peronismo Federal».
Duhalde se mantuvo durante casi todo el día en la sede del Movimiento Productivo Argentino, entidad en la que se refugia desde que es opositor al kirchnerismo, sin hacerse cargo de los dardos del puntano. La preocupación de que sucedieran incidentes graves que lo habían llevado a pedir custodia policial a la ministra de Seguridad, Nilda Garré, también quedaron en la nada. Finalmente la paridad en la que quedaron ambos candidatos echó por tierra las acusaciones pero dejó una sensación extraña. Avezados políticos con experiencia en elecciones explicaron a este diario que era «difícil lograr esa cantidad de votos positivos –que eligieron a alguno de los candidatos– en los tiempos que sucedieron los comicios. Cada votante necesita más o menos tres minutos en el cuarto oscuro para votar». Así tendría que haber largas colas y el cuarto oscuro permanentemente ocupado durante todo el acto eleccionario que se inició a las 9 y finalizó a las 19.
Hace unos meses la preinterna del Peronismo Federal parecía sólida y el espacio político aparentaba cierta proyección. Pero la muerte del ex presidente Néstor Kirchner el 27 de octubre del año pasado generó algunas dudas hacia el interior del PF sobre la rigidez de sus posiciones frente al gobierno nacional. Allí comenzó la reducción paso a paso del conglomerado de justicialistas díscolos que fue dejando tambaleante el acuerdo. El primero en bajarse fue Solá aduciendo que no podía «competir en todos los distritos» y dejó abierta una puerta para presentarse en las primarias abiertas obligatorias del 14 de agosto. El chubutense Mario Das Neves anunció su baja en las pretensiones presidenciales ante el tiro por la culata que significó la muy mala elección en su provincia, donde su espacio quedó en igualdad de condiciones con el kirchnerismo local.
Hubo quince centros de votación –uno por comuna– y se utilizó el padrón general de las elecciones legislativas del 2009. Con fiscales propios en todas las mesas Rodríguez Saá movió todo lo que pudo para hacer una apuesta fuerte en la elección porteña. «Parece que a Duhalde tampoco lo quieren mucho en este distrito y aprovechamos a ver si descontamos unos puntos de lo que va a ser la elección en la provincia de Buenos Aires», aseguró un coordinador de los comicios, seguidor de Rodríguez Saá. En los centros de votación era común ver camionetas tipo combi que acercaban a votantes aislados hasta las urnas, incluso algunas identificadas con las siglas de un sindicato: Oesgype sólo por dar un ejemplo. «No, yo el auto lo necesito porque tengo que ir a buscar a la gente que vota», parecía explicarle a su mujer un taxista en la puerta del centro de votación de la comuna 4.
La de ayer fue la primera parada de las preinternas que organizaron los dirigentes del PF y que toma la fórmula de las primarias estadounidenses. Luego de la ciudad de Buenos Aires, continuará cada uno de los domingos siguientes –salvo en Semana Santa y el día del trabajador– intentando levantar la parada de un sector que pierde más de lo que gana en los últimos tiempos. En el NEA los comicios se realizarán el 10 de abril y el NOA votará el 17 de abril. En las provincias del centro el 8 de mayo se plebiscitará quién será el presidenciable, en la Patagonia el 15, Cuyo y Salta el 22 de mayo y la provincia de Buenos Aires el 28 y 29 de mayo. De allí todos los congresales electos se reunirán el 4 de junio en un Congreso para definir quién será finalmente el candidato que represente al PF en las elecciones presidenciales de octubre.
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