Después de 20 años las familias de dos bebés que fueron intercambiados al nacer fueron indemnizadas con casi dos millones de euros, por decisión de la justicia.
El tribunal de la ciudad de Grasse dictaminó que la clínica donde se produjo el error, ubicada en la ciudad de Cannes (sur), debe pagarles 1.88 millones de euros ( alrededor de 2.13 millones de dólares).
Los afectados habían pedido 12 millones de indemnización.
El caso de produjo el 4 de julio de 1994, cuando Sophie Serrano dio a luz a la pequeña Manon en la clínica de Cannes.
El bebé, que padecía ictericia, fue colocado en una incubadora con lámparas especiales, junto a otra pequeña.
Un miembro del equipo médico intercambió a ambos bebés, los entregó a sus falsos progenitores, e ignoró las dudas expresadas por ambas madres sobre la identidad de sus hijas, que se basaban en el cabello de éstas.
Así, las madres volvieron a sus casas con los bebés cambiados.
Diez años después, el marido de Sophie Serrano, ante el nulo parecido de la niña con él, se hizo un test de paternidad que reveló que no era el padre biológico de Manon.
Sophie Serrano descubrió asimismo, gracias a un test ADN, que no era la madre biológica de ella, y buscó a la familia que se había llevado a su verdadera hija.
La investigación reveló que al producirse los nacimientos en 1994, tres bebés recién nacidos habían padecido ictericia, estas dos niñas y un niño, pero que la clínica tenía solamente dos incubadoras especiales para estos casos, por lo que las dos niñas fueron colocadas en la misma incubadora.
Las dos familias conocieron por primera vez a sus verdaderas hijas biológicas cuando éstas tenían 10 años, pero no pidieron que se produjera un intercambio.
El tribunal condenó a la clínica a pagar 400 mil euros por niño intercambiado, 300 mil euros a los tres padres concernidos y 60 mil euros a los dos hermanos y una hermana.
El tribunal desestimó, en cambio, las demandas de las familias relativas a los médicos.
Sophie Chas, abogada de la clínica y de la compañía de seguros, había atribuido la responsabilidad del cambio de niños a una puericultura «alcohólica crónica».
El abogado de la familia Serrano se declaró «completamente satisfecho» por la decisión del tribunal y afirmó que no apelaría la decisión.
Sophie y Manon optaron por hacer público el caso, mientras la otra familia, originaria de la isla de la Reunión, prefirió permanecer en el anonimato.
Una situación «demasiado difícil»
«Fue un momento perturbador, muy extraño», declaró Manon tras la audiencia de diciembre pasado en el tribunal.
«Una se encuentra ante una mujer que es biológicamente tu madre y que es una desconocida».
Las dos familias no se frecuentan.
«Es demasiado difícil, así que cada cual sigue su camino porque es trastornante. Era la única manera de recuperar cierta estabilidad», explicó Sophie Serrano, de 38 años, que dice estar muy apegada a su hija no biológica.
«Es algo que no le deseo a nadie», dijo entonces Sophie, que no quiso hacer declaraciones después de anunciarse el veredicto.
El intercambio de bebés por error es muy poco frecuente en el mundo, sobre todo desde que se utiliza un brazalete de identificación que cada recién nacido lleva en la muñeca.
El año pasado, la justicia italiana recibió un recurso por un caso de embriones intercambiados, de los que nacieron el 3 de agosto dos gemelos, reclamados por dos parejas distintas.
Pocos meses antes, la prensa sudafricana se hizo eco de otro caso de dos mujeres que descubrieron que sus hijas, de tres años, habían sido intercambiadas al nacer.
En 2011, una maternidad rusa fue condenada a pagar 140 mil euros de indemnización por haber intercambiado por error dos bebés 12 años antes.
Comentar post