Atenas venció a Lanús 87-85 un partidazo que lo remó desde atrás, acercándose a un final para el infarto. El Griego tuvo determinación y lo cerró con un gran golpe, demostrando su potencial para estirar a cinco los partidos ganados de manera consecutiva.
Era importante ganar, aunque fuera guapeando, pero el equipo cordobés hilvanó además su tercera victoria en condición de visitante, producto de que se concentró más en el final, a pesar de que no tuvo una gran noche.
La principal virtud fue la actitud y la decisión para revertir un juego que le era adverso. En el primer tiempo, el Granate le ganó por poco margen los dos primeros cuartos (23-20 y 23-19) y ya en el complemento trató de ajustar la marca y mejorar el goleo. Justo, en la segunda parte metió dos parciales de uñas y dientes (23-22 y 25-17) para un gran final que se definió en 15 segundos. Y supo cómo cerrarlo.
Fuente: Día a Día
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