En 2014, el delito en Córdoba aumentó un 9,3 por ciento. El número, con cifra negra de casos no denunciados, que registró el Observatorio de Seguridad Ciudadana. La Policía lo niega.
En 2014, el delito en Córdoba aumentó un 9,3 por ciento y llegó a 340.256 casos, unos 36 mil más que en 2013, según calcula la Encuesta de Victimización que realizó el Observatorio de Seguridad Ciudadana (OSC).
Decimos calcula porque el estudio, dirigido por la exministra de Seguridad Alejandra Monteoliva, utiliza como metodología una encuesta con un formato aprobado por Naciones Unidas que en esta ocasión tomó como muestra a 1.230 personas en la ciudad y cuyos resultados se pueden llevar al universo con una confianza de 95,5 por ciento, según aclara la ficha técnica.
El número de delitos del OSC difiere en mucho con el registro oficial de la Justicia y de la Policía (ver “Nada que ver…”, página 19) porque toma en cuenta la “cifra negra”, que para 2014 fue de 65,8 por ciento; en otras palabras: casi dos de cada tres delitos no se denuncian. En 2013 esta proporción ya era elevada: 62,9 por ciento, pero en un año empeoró.
Entre los datos más relevantes del relevamiento se destaca que uno de cada cuatro cordobeses manifestó haber sido víctima de un delito (victimización directa: 24,4 por ciento); y que en la mitad de los hogares al menos uno de los integrantes de la familia lo padeció (victimización hogar: 50,6 por ciento). Las personas que sufrieron más de un delito en 2014 fueron 5,3 por ciento del total, cuando en 2013 eran 4,7 por ciento.
En cuanto a las modalidades, salta un fuerte crecimiento del delito domiciliario, que representa el 31,2 por ciento de los casos: unos 106 mil eventos entre asaltos, robos y entraderas en viviendas. En relación a los registros de 2013, esta modalidad fue la que más aumentó: 5,2 por ciento.
El delito callejero, empero, se mantiene como el más recurrente en Córdoba, con casi la mitad del total (49,4 por ciento: 168 mil hechos). Dentro de este grupo, los robos de motochoros que tienen como víctima a peatones representaron el 28,8 por ciento (subió 1,5 por ciento en relación a 2013) y los que afectaron a automovilistas otro 7,3 por ciento (bajó 2,8 por ciento).
Con resaltador amarillo, el estudio alerta sobre el crecimiento del 12 por ciento del delito con violencia, que en 2014 llegó al 74,8 por ciento del total. Esto es: tres de cada cuatro delitos se acompañaron con alguna violencia sobre las víctimas, desde un empujón a una agresión con un arma.
Con estos datos, se comprende que la percepción de seguridad sea muy frágil: un 88,2 por ciento de los encuestados dijo que es muy probable ser víctima de un delito en 2015. También la percepción sobre el incremento de la inseguridad aumentó de 73,2 por ciento a 75,3 por ciento. De esta manera, las expectativas sobre alguna mejoría en la seguridad, medida en términos individuales o colectivos, es muy baja. Pero no crece al mismo ritmo que la cantidad de hechos delictivos y eso lleva a Monteoliva a señalar que existe “una relativa independencia” entre victimización y percepción (ver “Ser y parecer”).
Ser y parecer,por alejandra Monteoliva
Es clara la independencia entre “lo que efectivamente ocurre”, que se llama victimización, de lo que la “gente percibe de lo que ocurre”, que es la percepción. En 2014 el delito creció considerablemente, sin embargo la percepción de inseguridad no se incrementó de la misma manera.
Es decir, hubo más delitos y más delitos con violencia, pero hubo más policías en la calle. Si bien la percepción no se explica sólo desde la presencia policial, es cierto que la gente vio más policías y la percepción de inseguridad se mantuvo, a pesar que el delito crecía.
Esto sirve para explicar que mucho del trabajo policial que se hace para cumplir o cubrir con la expectativa pública o ciudadana suele ser de escaso valor y en algunos casos ineficaz para controlar la delincuencia. Es absurdo pretender controlar “delincuentes” si no se incide sobre la “delincuencia”, son dos cosas distintas, es como pretender perseguir corruptos y no combatir la corrupción… ¿se entiende?
Fuente: Día a Día
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