El ministro de Salud de la Provincia, Oscar González, continúa internado en el Hospital Privado con un cuadro de neumonía. Ayer, el equipo médico que lo atiende decidió pasarlo desde una habitación común a una cama de terapia intensiva, aunque desde el centro de salud aseguraron que su estado de salud «no es grave».
«Decidimos trasladarlo a la UTI para poder hacerle controles más intensivos, pero su estado no es de gravedad», le dijo ayer a Día a Día una alta fuente médica del Hospital Privado. Para hoy a las 11 está previsto que el director médico de la clínica, Ricardo Pickesteiner, dé a conocer un nuevo parte sobre el estado de salud de González.
«El ministro sigue internado desde el mediodía de ayer (por el martes). Lleva las primeras 24 horas de evolución y ha tenido un curso favorable en su internación. Logramos estabilizar su situación clínica, mejorarlo levemente y tener una visión más tranquilizadora para los próximos días», indicó Pickesteiner, antes de que el funcionario fuera pasado a terapia.
El director médico señaló que el cuadro de González empezó «como un resfrío común pero con mucha fiebre», que luego derivó en una neumonía.
Polémica. La internación de Oscar González en el Hospital Privado generó ayer una encendida polémica en las radios cordobesas, con muchos oyentes criticando o apoyando la decisión del ministro de acudir a un centro particular antes que confiar su salud a un hospital público.
Mirada I
Demagogia sin sentido
La atención en el hospital público es para el que no tiene obra social. El ministro de Salud no tiene la obligación ni siquiera simbólica de atenderse allí. Es un empleado provincial que tiene cobertura. Por lo tanto, tiene que irse al sector privado. En el público, le quita una cama y recursos humanos a otros que lo necesitan. ¿O algún director de hospital me va a negar que si tiene al ministro no le va a dar la mejor pieza (no compartida) y más recursos que a un paciente común? El sistema de salud está saturado, en lo privado y lo público. Y eso no lo soluciona una foto de un ministro en un hospital estatal. Se soluciona entendiendo cómo funciona: lo público es para aquel que realmente lo necesita.
Mirada II
Una decisión y un mensaje
Oscar González se cansó de repetirlo ante cuanto micrófono se le pusiera a tiro: «La salud pública de Córdoba es una de las mejores del país». Pero… ¿y ahora? ¿Qué pasó? ¿Por qué el ministro prefiere a una institución privada para resguardar su propia salud? ¿De golpe los hospitales, médicos y enfermeras del sistema público ya no son los mejores? El mensaje que está enviando González con esta decisión que involucra a su propio «cuero» es muy malo. ¿Con qué autoridad moral le va a pedir ahora a los cordobeses que le sigan confiando la gestión de su salud? Salvo que el ministro piense que así como existen dos sistemas, también hay dos tipos de pacientes: unos de primera y otros, la mayoría, de segunda.
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