Triunfazo. Ganaba, pero se lo empataron porque durmió en el inicio del ST. Lo dio vuelta metiendo el pecho y gracias al cabezazo de Lazaga. Perdió la T. El Matador cayó con Central Norte en Salta y desnudó dos identidades: bien en el primer tiempo y bajón en el ST. A replantear.
Belgrano no durmió anoche. Sufrió de insomnio al comprender que nada es imposible hasta que la realidad te tapa la boca. Por eso dio vueltas en la cama, desvelado, creyendo que se puede. Repitiéndose el minuto 34 del ST, viendo a Marco Lazaga poner la frente para el 2-1 ante Boca Unidos. Sí, el triunfo, el segundo al hilo, construyó el puente para que la Promoción sea un destino real y no un delirio sin sustento.
La predisposición inicial del pirata no tuvo eco en la práctica. Con el 4-4-1-1 bien clarito, la idea fue agrupar a Vázquez, Maldonado y Parodi para fabricar fútbol. Sin embargo, Boca Unidos, atrevido aunque ingenuo, no anduvo con vueltas. Con Babak al medio, tuvo lucha. Al minuto, un remate suyo raspó el caño izquierdo de Olave.
Más tarde, Piris, puro desparpajo, apiló varios hombres y el cuerpo de Olave evitó la caída de la B. A partir de allí, Franco Vázquez la pidió y todo cambió. A los 24, el Mudo quebró cintura pero su chutazo salió ancho. Al medio, Ribair ponía pero Parodi no y hubo desequilibrio. Pudo ser de los correntinos pero el travesaño le negó el gol a Alan Sánchez.
Belgrano tenía ganancia de pelota pero generando peligro daba pérdida. Entonces, debió acudir a Juanca Maldonado, que desde 25 metros, sacó un balazo rasante que se incrustó abajo de Nereo Fernández para el 1-0, a los 34. El gol lo puso arriba en el marcador pero lo engañó. Hizo creerle que había jugado mejor. Cerca de los 35, otra vez Piris, exigió al bueno de Olave que evitó el empate. Sólo con Vázquez, la agilidad de Maldonado y el empuje de César Pereyra para justificar una victoria inmerecida.
Justificar para ganar. En el ST, Belgrano salió adormecido. La muestra clara fue el golazo de Alan Sánchez. Iban 6 minutos, y tras una serie de paredes, entre Belforte y Sánchez, derivaron en el 1-1 que silenció al Gigante.
Pero Belgrano entendió de que se trataba. Y, lejos de aturdirse, tuvo lucidez. Vázquez casi lo grita a los 19 pero se la sacaron en la línea. Después, Olave voló genial en un tiro libre. Hasta que Zielinski apeló al medicamento Mansanelli, cuyo prospecto es simple pero rendidor: verticalidad y frescura. Y el celeste se sintió mejor. Con Campodónico en cancha, el 9 estrelló un cabezazo en el travesaño que tentó las gargantas.
Y el minuto 34 fue el quiebre. Mansanelli desbordó por derecha y su centro encontró la testa del paraguayo. En una soledad descarada, abatió a Fernández para el 2-1 que sacudió Alberdi. Lazaga se comió un mano a mano y Campo casi la emboca desde lejos.
Fue la noche perfecta. Belgrano, la lluvia y la victoria. Haciéndose la cabeza por una Promo que no lo deja dormir. Desvelado y vivo.
El 1×1 de Belgrano
»OLAVE (6). Tapó cuatro pelotas claves. Belgrano se sostuvo en él.
»TURUS (5). Cumplió. No se complicó para cerrar.
»PÉREZ (6). Sacó todo. Firme arriba y bien abajo. Muy seguro.
»LOLLO (5). Firme. Mejor que otras veces.
»CASIERRA (5). Mucha actitud para atacar.
»ETEVENAUX (4). Poco y nada. Nunca se enchufó en el partido.
»RODRÍGUEZ (6). Batalló al medio. En el ST se afianzó y raspó.
»PARODI (4). Intrascendente. Ni jugó ni marcó.
»MALDONADO (7). Vértigo. Generó peligro y un golazo.
»VÁZQUEZ (6). La pidió siempre. Lúcido para jugar y hacer jugar.
»PEREYRA (4). Gravitó poco. No le alcanzó con su voluntad.
»LAZAGA (6). Hizo el gol de triunfo. Oportuno.
»CAMPODÓNICO (6). Aportó su oficio para controlar el juego.
»MANSANELLI (6). Cambió el partido. Incisivo. Asistió a Lazaga.
Esto será difícil. Esto será complicado. Esto será palo y palo. Esto será cuerpo a cuerpo. Talleres padeció un segundo tiempo en el que vislumbró un bajón, respecto de la primera parte y Central Norte tuvo la contundencia para aprovecharlo.
Por eso, en el norte argentino, el equipo salteño terminó derrotando a la T por 2-1 en una partido que resultó electrizante, pero que no fue suficiente como para que el Albiazul se trajera una gran victoria. Fue simplemente porque no repitió una buena performance que tuvo en la etapa inicial y le psó definitivamente esa cuestión de jugar afuera, de visitante, un síndrome que siempre persiguió a este equipo.
En el arranque del juego, con Aranda on fire, con Zárate manejando, con un Gianunzio cómodo y con la intención de tener una actitud de ataque, Talleres se fue acercando al gol. Tras repartir idas y vueltas con el Cuervo, Aranda conectó a los 17m del PT el 1-0 con una categoría sublime.
Se venía un escenario propicio para liquidar al dueño de casa. La T tenía la pelota, jugaba bien y Central apelaba a su garra.
Oga, Chmill y un Magno intratable (que fue creciendo en el partido) equilibraron la balanza. A los 24m Nicolás Romat cabeceó al gol. Y el 1-1 puso las cosas en su lugar en un primer tiempo que fue palo y palo. Ribonetto tuvo que esforzarse mucho en el final. Y sus compañeros de defensa también.
Otra historia. En el ST, Central salió con más ideas y Talleres evidenció un quedo. Todo muy parejo, pero de a poco fue Federico Crivelli el protagonista del complemento. A los 15m, tras un centro de Oga que en un tumulto conectó Giménez, transformó el esfuerzo en derrota. El local ya estaba 2-1 y sucedió jugadas en el arco visitante. El 1 voló varias veces. La T resistió. Coleoni metió cambios (Álvarez y Sacripanti), pero no hubo más ideas. Central Norte tuvo el 3-1 pero Crivelli atajó un penal al cierre. La T sufre otra vez. Un poco de bronca, un poco de impotencia y el replanteo de repensarlo.
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Con Brown, el domingo que viene
Por la quinta fecha del Nonagonal, Talleres enfrentará al cuco de la Fase Clasificatoria del campeonato: Guillermo Brown de Puerto Madryn, que hoy recibirá a Unión de Mar del Plata. El domingo que viene, en la Boutique de barrio Jardín, será la primera vez que se enfrenten ambos equipos. Lo que le queda a la T luego: Huracán (V), Libertad (L), Unión (V), Desamparados (L).
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