Talleres: el loco de la bici ya está en Córdoba. Llegó. Martín Sánchez volvió de Formosa y fue recibido como un héroe en barrio Arenales. La Agrupación de la zona le hizo un homenaje con recibimiento a lo campeón.
Orgullo. Emoción. Mucha felicidad. Barrio Arenales tuvo esos sentimientos mezclados ayer, cuando la tarde caía y el sol iba mermando. “Bienvenido a casa, sos nuestro super héroe”, se leía en el pasacalle que colgaron en la puerta de los Sánchez.
En la casa de Martín, su mujer Adriana, sus hijos y algunos vecinos, apuraban el paso. El Loco de la Bici, volvía de Formosa y la expectativa por su recibimiento se trasladaba a la plaza de la barriada ubicada frente a la escuela municipal Julio González.
Y en un rato, ese espacio verde se volvió azul y blanco. Los vecinos salieron a recibir al personaje que viajó en bicicleta a esa provincia norteña para ver el ascenso de su querido Talleres.
La Agrupación Azul y Blanca Arenales se hizo presente y le puso ruido, color, canciones y aguante para que Martín nunca se olvide de esa verdadera locura de irse tan lejos. Bombos, redoblantes, petardos y cantitos de cancha le dieron un marco distinto a la plaza.
“Martín, tu locura por Talleres no tiene límite”, rezaba otro pasacalles que los muchachos albiazules le prepararon en el mástil. Esos mismos hinchas, que también viajaron a Formosa a ver el partido del ascenso ante Sol de América, inflaban el pecho cuando hablaban del héroe del barrio.
“Qué loco. Nosotros fuimos y vinimos en bondi, dormimos poco pero Martín nos superó”, coincidían. “Y de la mano de Martín Sánchez, todos la vuelta vamos a dar”, le cantaban.
Y una vez que llegó empezaron las emociones más fuertes. Abrazo interminable con Adriana, quien lo bancó desde su lugar de compañera de la vida. Lágrimas en los ojos de sus hijos Karen, Franco y Nazarena.
También Rocío, la hija de su mujer, lloraba. Todos vestidos de Talleres y en medio de la ovación de casi 50 hinchas. “Esto es muy lindo. Nunca me lo imaginé. Pero la culpa es de ustedes…”, dijo cuando reconoció al cronista de Día a Día.
Y agregó: “Y pensar que yo me iba a ir callado. Pero bueno, ya está. Volví feliz pero nunca pensé que me iban a recibir así”. Y al instante abrazó al Mono Troncoso, fanático de Racing de Nueva Italia, que es el mejor amigo de Martín.
Y también su hermano Juan, otro fana académico pero todos, a pesar de los colores, estaban orgullosos de que haya podido cumplir su sueño de ir en bicicleta a Formosa y que vuelva feliz con el ascenso de su Talleres querido.
Muchas fotos con los hinchas que lo trataban como un héroe. Porque Martín estaba de vuelta. La locura y la alegría de seguir al Matador en su vuelta a la B Nacional pudo más que el cansancio por semejante esfuerzo. Y, ahora Martín ya puede descansar tranquilo y feliz.
Fuente: Día a Día
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