Es la cifra estimada de estos equipos en los hogares argentinos. Encendidos de manera simultánea, exigen una demanda eléctrica adicional que podría alimentar tres veces la máxima registrada en la provincia de Córdoba.
Mantener el termostato a 25°. Cerrar puertas y ventanas, oscurecer los ambientes, apagarlo si no estaremos en casa. ¿Por qué tantas recomendaciones para usar el aire acondicionado, si es apenas un electrodoméstico más?
El primer punto que exige una consideración especial es que se trata de un verdadero devorador de energía eléctrica. Por eso, es importante elegir sólo equipos etiquetados con la clase “A” o “B”, que nos aseguran una mayor eficiencia. Además, mantenerlos regulados a una temperatura de 25° evita que los hagamos funcionar más que lo necesario.
El segundo punto que los diferencia de los demás artefactos es su gigantesca multiplicación. Sin dudas, la reciente popularidad de estos equipos es un dato para celebrar: descansar en ambientes frescos y confortables suma a la calidad de vida de todos, especialmente durante las “olas de calor”. Algunos datos para ilustrar el fenómeno que se desató en los últimos años:
• La gran explosión de aires acondicionados en el mercado nacional ocurrió entre 2009 y 2010, cuando la producción de estos equipos tuvo un incremento interanual del 99,3%.
• Entre 2010 y 2011, ese salto fue del 58%.
• Entre 2010 y 2014 se vendieron cerca de cuatro millones de aires acondicionados en la Argentina. Esta cifra, que sigue en aumento durante 2015, debe sumarse a los que existían previamente.
• A diciembre de 2013, el 38,7% de los hogares de Capital Federal y Gran Buenos Aires tenía, al menos, un equipo de aire acondicionado (datos: Indec).
Los más vendidos
Según informó la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, en el Cyber Monday edición 2014 los aires acondicionados estuvieron entre los cinco electrodomésticos más vendidos entre los más de 3.000 artículos propuestos. Según MercadoLibre, los aires acondicionados más vendidos fueron los modelos de 3.200 Watts, que tuvieron un 40% de descuento.
La agradable frescura de los aires acondicionados tiene su contracara en la poderosa exigencia que estos millones de equipos ejercen sobre el sistema eléctrico nacional durante los días de calor excepcional.
El calor no es nuevo, pero la popularidad de los aires acondicionados sí lo es. Años atrás, frente a las altas temperaturas, los hogares argentinos encendían su pequeño arsenal de ventiladores. Si bien se fueron sumando alternativas (de pie, de mesa, de techo, turboventiladores), estos clásicos electrodomésticos no representan un desafío para las distribuidoras eléctricas.
Picos de demanda
La vigorosa multiplicación del electrodoméstico estrella del verano modificó significativamente la demanda eléctrica total del segmento residencial porque, encendido de manera simultánea, produce picos de demanda cada vez más elevados.
Un informe de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec) de enero de 2015 indica que “por más que en el acumulado del mes no se hayan registrado récords de temperatura, el factor que más afecta a toda distribuidora es el consumo pico de un solo instante e, inclusive, no el general, sino el que se demarca por zonas”.
En este documento, la consultora indica que el uso de los equipos de aire acondicionado hace que en un día de pico de calor la demanda de potencia nacional se eleve de 18.000 MW (valor promedio) a 24.000 MW.
Este aumento de la demanda eléctrica durante los días de mayor uso del aire acondicionado es un dato que cuesta dimensionar. Para tener una idea de lo que significan 6.000 MW, consideremos que la demanda máxima histórica de la provincia de Córdoba fue de 1.995,2 MW, valor registrado el 23 de enero de 2014.
En otras palabras: el salto de la demanda eléctrica en un día de pico de calor alcanzaría a alimentar tres veces a Córdoba. Un número que no sólo hace referencia a la cantidad de energía eléctrica que consume la provincia, sino a la emisión extra de dióxido de carbono a la atmósfera que estamos produciendo durante una buena parte de la jornada, con el consiguiente impacto en el efecto invernadero.
¿Estos datos nos obligan a dejar el aire acondicionado en el olvido y rescatar del olvido a los viejos ventiladores? Definitivamente, no. Con un uso responsable, sin perder de vista que nuestro equipo es apenas uno más de un conjunto conformado por millones de pequeños devoradores de energía eléctrica, podemos disfrutar del aire acondicionado y de sus maravillosas virtudes.
No olvidemos que todos los habitantes del país formamos una misma red eléctrica, por lo que el uso cuidadoso de estos equipos es parte de un comportamiento solidario con los demás usuarios del sistema eléctrico.
Fuente: La Voz
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