¿Por qué no voto a Macri? La primera razón es estrictamente afectiva. Ni Mauricio Macri ni casi ninguno de sus funcionarios y seguidores me representan personalmente.
No me identifica, no es como yo, nunca fue como yo, pertenece a otro mundo, a otros modos, representa intereses siempre contradictorios a los míos.
No es de mi barrio, es decir, de la geografía de los hombres de a pie, de los trabajadores, de mis vecinos. Macri no se parece a mis amigos, no piensa como mis padres, no vive como hermana, no sufre como mis vecinos.
Pertenece, además, a la clase social que siempre empobreció al país. Todos los votos son de tipo afectivo, a no engañarse, también quienes votan a Macri lo hacen o porque son como él o porque les gustaría ser como él. A mí, personalmente, no me gusta lo que Macri significa en términos sociales, culturales, económicos y políticos.
2- No lo voto porque la forma de generar riquezas que realizó su familia fue a costa del Estado argentino, es decir, de todos nosotros. No contentos con formar parte de la Patria Contratista en los años setenta, el grupo Socma, tras haber agrandado su patrimonio exponencialmente durante la dictadura militar, una vez terminado el festival de la «plata dulce» les encajó, en 1982, a los argentinos la deuda externa de su grupo económico a través del decreto de estatización de la deuda externa privada que firmó un jovencísimo Domingo Cavallo, empobrecedor serial de los argentinos en la década del noventa y a principios del siglo XXI. Casualmente, Cavallo, hoy, apoya la candidatura presidencial de su siempre favorecido.
3- No voto a Macri porque en la ciudad en la que vivo, Buenos Aires, su gestión no fue buena y convirtió al Estado municipal en una caja recaudadora: a) aumentó los impuestos fijos en un cien por ciento, b) incrementó el endeudamiento en dólares en un 250 por ciento, mientras el Estado nacional reestructuró su deuda de manera soberana, c) prometió 44 kilómetros de subte e hizo sólo 450 metros, d) incrementó en un 95 por ciento la cantidad de funcionarios públicos, e) no sólo no construyó hospitales nuevos sino que desfinanció al Garrahan y creó apenas un par de centros de atención pública sin insumos, f) fue el gobernador que más leyes vetó dentro de su distrito, convirtiéndose así en un autócrata que gobernó sin respetar la Constitución porteña, g) construyó apenas 13 escuelas en ocho años y subejecutó el presupuesto educativo, es decir, gastó menos de lo que tenía proyectado sólo para poder destinar recursos al área de publicidad, por ejemplo, h) de las 10 mil viviendas prometidas por año de gestión sólo construyó 350, i) el Banco Ciudad concedió préstamos personales a los propios funcionarios de su gobierno por un valor cercano al millón y medio de pesos, j) está actualmente procesado por espiar telefónicamente a ciudadanos, k) desmanteló las políticas culturales, l) construyó bicisendas, una buena idea, mal implementadas, ll) tolera en la Ciudad decenas de talleres clandestinos con mano de obra esclava, m) utilizó a la UCEP en un grupo de represión callejera, n) el metrobús de la avenida 9 de Julio no funcionó bien, ñ) recientemente se descubrieron contratos millonarios fantasmas en el área de comunicación y publicidad, y no legisló en materia de distribución equitativa de la pauta oficial. Por último, hay que tener en cuenta que el presupuesto de la Ciudad es el tercero en importancia después de Nación y provincia de Buenos Aires, es decir, realizar una mala gestión es como chocar una calesita.
4- No voto a Macri porque su equipo económico está integrado por los mismos técnicos que hundieron al Estado en la década del noventa y el gobierno de Fernando de la Rúa: Carlos Melconian, Pablo Rojo, Alfredo Sturzenegger, Miguel Broda, José Luis Espert, Alfonso Prat-Gay, la mayoría de ellos, egresados de los principales centros de producción intelectual de los Estados Unidos y por lo tanto responden ideológicamente a esos centros de distribución de ideología.
5- No voto a Macri porque el plan económico que van a llevar a adelante y se oculta públicamente significa un gran traspaso de riquezas de los sectores bajos y medios a los círculos concentrados de poder: a) una devaluación del peso representa una caída en el poder adquisitivo de la población de más de la mitad de su sueldo. Un dólar alto sólo beneficia a los exportadores; b) la apertura de la importación de productos manufacturados significa una virtual destrucción del complejo industrial argentino que tiene apenas 12 o 13 años de recuperación asistida.
Cabe aclarar que estas medidas impactan sólo sobre las industrias que importan insumos y venden en el mercado interno, es decir, las mayorías de ellas pequeñas y medianas empresas que representan el 80 por ciento del mercado de trabajo, es decir que, abrir las importaciones, como ocurrió en los ’90, cuando la desocupación trepó al 25 por ciento, es atentar contra el trabajo de la mayoría de los argentinos; c) si Macri replica la política de endeudamiento de la Ciudad en el ámbito nacional, el resultado será desastroso: luego de una reestructuración magistral de la deuda externa nacional durante el gobierno kirchnerista, los economistas neoliberales están dispuestos a poner de rodillas al Estado nuevamente frente a los organismos de crédito internacional y por lo tanto a las dictámenes en política exterior de los Estados Unidos; d) romper el Mercosur y enfriar la Unasur, y cambiar estratégicamente la zona de influencia de China y Rusia por la de Estados Unidos y Europa, también destruye el trabajo de los argentinos, ya que Argentina cambiaría una alianza complementaria por un vasallaje competitivo.
6- No voto a Macri porque no quiero que mi país vuelva al pasado.
Escribe: Hernán Brienza
Fuente: Tiempo Argentino
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