River volvió a festejar, esta vez en un superclásico sin brillo y muy mal jugado.El segundo duelo del año entre los dos gigantes del fútbol argentino quedó en deuda. Faltó frescura y precisión, con dos equipos que se equivocaron demasiado. Apenas un gol de diferencia y nada más. El penal anotado por el uruguayo después de una falta infantil de Palacios a Martínez.
Sin el alto voltaje del primer superclásico que se disputó en Mar del Plata. Sin las acciones disputadas al límite del reglamento y especialmente sin la violencia desmedida que rodeó al choque entre las olas del mar.
Sin nada para destacar en el juego y con demasiado falencias de ambos equipos para resltar. Así fue el duelo de anoche en Mendoza. En ese marco River volvió a festejar ante un Boca que sigue en mala racha en este verano. La victoria fue por 1-0 con un gol de penal anotado por el uruguayo Rodrigo Mora.
En el arranque de la pulseada futbolística Boca se mostró mucho más tranquilo y preciso que River. Y su mejor rodar dejó al descubierto el poco timing que tienen los jugadores del Millonario que todavía tienen pegado en los músculos la dureza de una pretemporada que no entrega días franco.
Y en la noche mendocina, el Xeneize empezó a construir su telaraña de sociedades que superpobló un mediocampo a medida de su proyecto futbolístico. Con Peruzzi y el colombiano Frank Fabra sumándose a Cuba, Lodeiro y Tavez.
Todo se pintaba de azul y oro, las acciones de riesgo se acumulaban frente al arco de Barovero. El Apache arrancó la cuenta con una media distancia que obligó al arquero, un habilitación fantástica de Chávez de cabeza para el «10», que de frente al arco y parado en el área le erró a la vida. Enseguida una jugada preparada en la que Tevez buscó la cabeza de Tobio al que le faltó los centímetros de un buen jopo para poder sentenciar el marcador parado debajo de los tres palos.
La pasó mal River, la pasó mal Marcelo Gallardo, quien asistía asombrado como Balanta y Mercado se encargaban de generar zozobra cada vez que buscaban habilitar a Barovero. Siempre dudosa, siempre al filo del equilibrio. Para colmo de dudas, el colombiano Balanta golpeó desde atrás a Tevez estando amonestado. Pitana le perdonó la vida.
¿River? Apareció en esa primera etapa recién a los 40, cuando Nacho Fernández cambio de frente para un Mora que la tomó de aire y de volea para hacer flotar a los fantasmas del recuerdo. Y en el minuto final, Alario sacó un centro al área que aprovechó Nacho Fernández para generarle una inflamación al palo izquierdo.
En el complemento, como era de suponer todo fue demasiado previsible con dos equipos que se mostraron demasiados cansados, con reflejos más lentos y con las imprecisiones rozando al límite del fastidio. Llamó poderosamente la atención el muy flojo rendimiento de Carlos Tevez.
El Apache entregó una de sus peores versiones desde que volvió al fútbol argentino. Todo se encaminaba al 0-0, pero Palacios le cometió un penal infantil a Martínez<y Mora no perdonó.
LA FIGURA
Ignacio Fernández
Las apariciones del jugador ex Gimnasia fueron lo más destacado en un clásico que resultó demasiado deslucido.
«No estuvo bien la reacción»
A pesar de estar suspendido y de no poder jugar anoche, Jonatan Maidana viajó hasta Mendoza con sus compañeros y se entrenó en soledad en el gimnasio del hotel cuyano que hospedó al plantel de Marcelo Gallardo. “Me hubiera gustado jugar, pero hay que acatar las reglas.
Uno sabe que no estuvo bien la reacción; si bien estando adentro se vive a mil y no se da cuenta”, le explicó el defensor al sitio web del club, en una entrevista en la que se mostró arrepentido de su actitud en el primer Superclásico del verano: “Uno tiene que ser consciente de que está en un equipo importante.
No se volverá a repetir”. River se aloja en el Diplomatic, cercano al centro mendocino en donde sus dirigentes se enteraron de que había fracasado la gestión por el pase del defensor Emanuel Mammana a la Fiorentina de Italia en una cifra cercana a los 9 millones de euros.
«Le pido disculpas al Cata»
Después de que saltara a la luz una conversación privada en la que Daniel Angelici dijo que el Cata Díaz no debía ser el capitán de Boca por su comportamiento en el anterior Superclásico, el presidente del club salió a pedirle perdón al defensor que ayer no jugó por estar suspendido. “Fue un error que cometí, no se puede dar el lujo de hablar como un hincha.
Como se hizo público la charla, le pido disculpas al Cata y a su familia”, dijo en la previa del partido de anoche, aunque repitió que los jugadores deben cuidar más: “Sin embargo mantengo que hay una imagen que mantener y no se pueden ir expulsados y hacer gestos. El Cata es un ejemplo para los chicos del club. Es el que más trabaja. Es un buen profesional, buena persona y tiene familia. Nos debemos una charla cara a cara, que la vamos a tener el lunes después del entrenamiento. Sé que está molesto».
Fuente: Tiempo Argentino
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