EL EX TENISTA DISFRUTA MAS AFUERA DE LA CANCHA
La cabellera es menos densa. También el cuerpo, antaño atlético, es más robusto. Pero lo que más llama la atención de Ivan Lendl son las cualidades que no se creían suyas en las épocas doradas, porque el «nuevo Lendl» es sumamente amable y muy distendido. Incluso bastante gracioso. Mientras que antiguos rivales como Boris Becker o John McEnroe son rostros repetidos desde hace años en el circuito de veteranos, Lendl, de 51 años, salió del anonimato hace unos escasos meses. De vez en cuando empuña la raqueta, como lo hizo en la noche del lunes, al margen del torneo de tenis femenino de Stuttgart, en un partido de exhibición contra el sueco Mats Wilander. Venció Lendl por 6-4, 3-6, 10-8.
«Mats entrena cada día y yo lo hago tres, cuatro veces por semana», dice Lendl. «Es mejor enfrentarlo aquí que tener que pagar dinero para hacerlo en Estados Unidos.» Lendl ironizaba con el hecho de que el sueco suele hacer giras por Estados Unidos y Canadá, además de impartir clases en clubes de esos países. De Lendl no se oía nada desde hace años. El checo nacionalizado estadounidense se despidió del deporte activo en 1994 y puso fin a una carrera soberbia, con ocho títulos de Grand Slam, 270 semanas en la cima del ranking mundial y más de 21 millones de dólares en premios.
Problemas de columna le impidieron jugar regularmente al tenis durante 15 años. Lendl se recluyó con su familia en su casa de Connecticut o se dedicó a llevar a sus cinco hijas a torneos de golf. «Desde que volví a jugar tenis disfruto mucho más», explica. «Por lo menos mientras no me lesione.» Casi nada queda de esa imagen de «máquina», de jugador sumamente ambicioso al que era imposible arrancar una sonrisa y que intimidaba al rival. Famosa es su respuesta al semanario suizo Weltwoche a la pregunta de cómo se sentía tras perder en 1987 la final de Wimbledon contra el australiano Pat Cash. «Mal», dijo por toda respuesta, y se extendió hasta un «muy mal» cuando se le pidió más detalles.
El Lendl de hoy hace gala de un excelente humor. Ya no necesita la atención del público, no conoce la vanidad que impulsa a otros ex jugadores. Mientras que éstos siguen tejiendo la leyenda de que todo era mejor y más emocionante en el tenis de antes, el ex número uno no duda en asegurar que el Lendl de entonces no tendría posibilidad alguna contra el suizo Roger Federer. «Los jugadores están mejor entrenados hoy en día, son mejores atletas y se alimentan mejor», afirma el dueño de 94 títulos oficiales, apenas ocho menos que el record de 102 de Jimmy Connors.
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