Dos ciudadanos bolivianos y dos argentinos están acusados de matar a un presunto ladrón. Hoy, la primera audiencia… El 30 agosto de 2014, un homicidio presuntamente cometido por un ciudadano boliviano (nacionalizado argentino) desencadenó una sucesión de episodios de barbarie y xenofobia en la villa Las Delicias de Río Cuarto.
Jorge Alexis Rodríguez, quien supuestamente junto con Silvio Daniel Acosta había robado una billetera y un sanitario de la casa de Mario Álvarez Guevara, fue atacado con hierros y palos por este y tres amigos, y terminó muerto por los golpes y un balazo en la pelvis.
Todo comenzó a las 0.20 de un sábado y derivó en un espiral de violencia que, días después, llegó a provocar una gran trifulca barrial, el éxodo de los bolivianos, y hasta la intervención del cónsul de su país y del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi).
Hoy comienza el juicio por el asesinato de Rodríguez y la golpiza que recibió su compañero, Silvio Acosta. Los imputados por homicidio agravado y lesiones leves son: Mario Álvarez Guevara, su sobrino Virginio Guevara Orosco (que en el momento del hecho tenía 17 años), ambos nativos de Bolivia, y los argentinos Luis Alberto Guerra y Sebastián Jesús Fioramonti.
“Muchas expectativas no tengo con el juicio porque por ahí depende de si tenés plata para abogados. Lo bueno de todo es que hay muchos testigos, veremos”, dijo Juan Rodríguez, hermano del joven asesinado.
Según el fiscal instructor, aparentemente para recuperar elementos que le habían sustraído, aquella madrugada Álvarez Guevara se unió a tres amigos y con hierros, machetes y armas de fuego atacaron a Alexis Rodríguez cuando volvía a su casa, acompañado por Acosta.
Muerte y robo
En una ampliación de indagatoria, los acusados reconocieron la pelea. Pero aseguraron que fue Acosta el que disparó y terminó con la vida de Rodríguez, en medio de la confusión. Sobre la base de testimonios de vecinos, el fiscal Walter Guzmán descreyó tal versión y los mandó a juicio. “Si bien los imputados se deslindan de la responsabilidad señalando que Acosta sería el autor del disparo, estas afirmaciones no se corroboran con ningún elemento de prueba colectado”, dice el fiscal.
Hay un testigo, Elías Rodríguez, al igual que otro vecino, que dijo haber visto cuando los agresores huían armados y se llevaban hasta las zapatillas y la campera a la víctima. Las zapatillas fueron encontradas debajo de la cama de uno de los imputados.
En el volante de la camioneta en la que huyeron hallaron restos de sangre, igual que en una campera que les secuestraron.
El arma homicida no se encontró. En la casa contigua adonde se detuvo a los sospechosos, alguien arrojó una pistola calibre 22, pero el proyectil que causó el crimen era 9 milímetros.
Allegados a los imputados sindican a “Toto” Rodríguez y a sus amigos como ladrones que amedrentaban a los vecinos del barrio, en especial a los de la comunidad boliviana.
El hermano de uno de los acusados del homicidio declaró que la noche del crimen, Alexis y dos jóvenes más irrumpieron en la casa de Mario Guevara para robarle. Sostuvo que el dueño de casa sólo atinó a asegurar con una silla la puerta del dormitorio en el que estaba su mujer embarazada. Dijo que se llevaron una billetera y un bidé, y eran esos los elementos que los imputados intentaban recuperar. Aseguró que la señora de Guevara, Romina Rita González, perdió a su bebé por todo lo ocurrido.
Fuente: La Voz
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