Cada vez más chicas se meten en puestos importantes en los clubes cordobeses. Hablamos con tres de ellas, Marcela, por el lado de la T, Ivana, por el lado de la B, y la «gloriosa» Lucía.
La mujer futbolera no se deja llevar por los colores de moda. Los colores son los de siempre. La mujer futbolera gusta de las fragancias, pero el aroma a cancha es de los que más le gusta. Y puede apasionarse con una novela, pero nunca tanto como en un clásico.
En el Día de la Mujer, tres de ellas hablaron de su inserción en el fútbol de Córdoba y en los tres principales clubes capitalinos. Marcela Pérez Medina, en Talleres; Ivana Maritano, en Belgrano y Lucía Bonfanti, en Instituto.
Las tres coinciden en que el fútbol sigue siendo esencialmente machista, aunque la situación va cambiando.
“Hay una mayor inclusión, el rol de la mujer también es distinto y se ven muchas en la cancha. Son participativas y con una pasión distinta, con mirada femenina”, arranca Marcela.
Y Lucía asiente: “Cambió mucho, la mujer es vista de otra manera y es más cuidada. Siento que nos tratan más a la par”. En ese sentido Ivana aporta un dato revelador. “Hay cada vez mujeres en los clubes. En Belgrano son mayoría en el departamento fútbol, con proporción 70 a 30. Y en la Comisión Directiva está la vocal Lorena Vázquez, de la sub comisión de socios. En viejos diarios leí que en la década del ‘50 en Belgrano había una sub comisión entera de damas. Eso se fue perdiendo y ahora se está recuperando”.
–¿Cómo es trabajar en los clubes, con liderazgos tan marcados como los de Pérez, Fassi o con situaciones tan cambiantes como las que suceden en Instituto?
– Ivana: Con Armando no tengo tanto trato, pero es un señor. Tengo más contacto con los vice, Jorge Franceschi y Abraham Rufail y el diálogo es excelente. Son muy abiertos a las opiniones y las propuestas, sobre todo en la faz social y cultural.
–Marcela: Andrés está siempre activo, como se muestra. Tiene un proyecto en la cabeza y es una máquina de generar cosas. Lo vemos de a ratos, porque viene al país cada 15 ó 20 días, pero cuando está no nos da vida, ja ja. No hace diferencias de ningún tipo en las exigencias y puso la vara muy alta, siempre hay que ir por más.
–Lucía: En Instituto me tocó estar con varias comisiones directivas, con diferentes maneras de trabajar. Desde hace un tiempo nos toca atravesar una situación angustiosa y es difícil en tiempos de crisis porque hay cosas que no podemos decir y el socio y los hinchas exigen respuestas.
Las tres coinciden en que al trabajar en el club de sus amores todo es por partida doble. Las alegrías y cuando se sufre. “Es difícil separar”, sostiene Marcela.
“Cuando tu equipo pierde te sentís parte del fracaso”, asume Lucía.
“Y encima no es que perdés y ya está. Todo la semana seguís conviviendo con lo mismo. Como cuando Lanús nos goleó. Lloré un montón”, aportó Ivana.
Y las tres también destacan el nivel de madurez actual entre las dirigencias de los clubes.
“El folclore es sólo para la cancha. Me parece que Talleres está desarrollando una buena imagen y Belgrano hace tiempo que la tiene”, elogia Lucía.
“Cada uno potencia al otro y creo que los tres van por el mismo camino, con el proyecto de organizar sus divisiones inferiores y ser autosustentables”, reflexiona Marcela.
“Está bien que haya una relación adulta. Hasta hace poco iba a los partidos de Liga Cordobesa con Talleres de local y el trato no era el mejor. Las cosas cambian y ojala sea para bien. Hasta no hace mucho el club modelo era Instituto en la gestión Barrera y no se pudo mantener”, referenció Ivana.
Lucía es de Alta Córdoba, hincha de Instituto como toda su familia. Y se casó con un basquetbolista del club y también fanático albirrojo. Marcela todavía conserva el carnet de cuando se hizo socia por primera vez del albiazul, pasión que compartía con la de jugar al voleibol.
Y en cuanto a Ivana, es futbolera y futbolista: “Jugamos en un equipo mixto, hago dupla con Fernanda Sappia, que es periodista. Soy un Marco Pérez, erro todo. En Tierra del Fuego empecé como delantera y como no hacía goles terminé al arco, porque no le tenía miedo a los pelotazos”. Ahora interrumpió esa futbolista porque espera un bebé, con un embarazo de tres meses.
Lucía ya sabe lo que es ser mamá, ya que el 31 de diciembre pasado nació Gastón. Y con un mes de vida ya vivió su primer clásico contra Talleres, con triunfo de la Gloria. Y ya es socio albirrojo.
–¿Futbolistas preferidos?
– M: Me aflora más lo maternal y en ese sentido me llama la atención Eial (Strahman). Es tan correcto y bien predispuesto, siempre con una sonrisa. Y (Gonzalo) Klusener, un caballero.
– L: Wanchope Ábila. Por su humildad, por su compromiso con el club. No se olvida de Instituto.
– I: Cuando era chica, el Luifa y el Chiche. En lo futbolístico el mejor jugador que vi es Matías Suárez y en el trato cotidiano, Guillermo Farré. Por su personalidad y lo bien educado. Siempre de buen humor.
–¿Y qué jugadores del clásico rival elegirían?
–M: Olave es un personaje .
–L: Caranta seguro que no. No le deseo el mal ni nada de eso. Y hasta me dio pena el gol en el clásico. Y coincido en lo de Olave. Los de los otros clubes lo putean todos, pero los de Belgrano lo aman.
–I: Más que nada veo fútbol de Primera, y no es en tono de chicana. Pero me gusta (Aldo) Araujo.
Llega la hora de la despedida y el saludo es caballeroso, si se permite el juego de palabras. “Nos vemos en el clásico. Y la vamos a invitar a Ivana”, propone Marcela.
Y se va. “Suerte, y ojalá ganen ustedes”, le desea Ivana a Lucía…
Cosas de mujeres.
Fuente: Dia a Dia
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