Exhibe veredas rotas, árboles en mal estado, yuyos en nichos, panteones ruinosos y caída de revoque en los muros. El municipio dice que no está abandonado.
Una ciudad que no respeta a sus muertos probablemente tampoco respete a quienes viven en ella. No es sencillo describir el penoso estado en que se encuentra el cementerio San Jerónimo, el más antiguo de Córdoba. Hay sectores conservados, pero resalta la falta de mantenimiento. El municipio admite que el presupuesto es insuficiente y advierte que hay mucha mora en el pago del impuesto de cementerios.
El San Jerónimo es un bien patrimonial de categoría alta: tiene valor singular tipológico, estético-arquitectónico e histórico. Debe ser preservado por el municipio en perfectas condiciones.
La Voz del Interior recorrió la necrópolis. Vio árboles inclinados o apoyados sobre panteones; raíces que levantaron veredas; troncos cortados y apilados en pasillos; y ramas en el suelo, entre panteones, a la espera de su retiro. Plantas “palán-palán” prosperan en paredes agrietadas y techos de tumbas. A nivel del piso, los yuyos están crecidos y asoman de los mosaicos de las veredas. En sectores, hay podas y residuos acumulados.
Fea imagen dan los cajones a la vista dentro de antiguos sepulcros, cuyas puertas muestran vidrios rotos, telarañas y herrumbre. Hay cruces y placas recordatorias deterioradas; panteones usados como depósitos y otros con grafitis en su exterior; y tumbas con trozos de mampostería encima.
La capilla adyacente, algo descuidada
En sus paredes interiores y exteriores, la histórica capilla que acompaña al cementerio San Jerónimo exhibe humedades. En su fachada, también puede apreciarse pintura descascarada.
En este templo, que colinda con el ingreso principal de la necrópolis, se refugian muchos fieles que necesitan un empujón espiritual para continuar con la vida diaria y enfrentar la pérdida de un ser querido. Se ofician misas periódicas, algunas a cargo del párroco Horacio Saravia, quien se desempeña en la jurisdicción de barrio Alberdi.
Sin embargo, las paredes interiores y exteriores de la capilla exhiben humedades. En algunos sectores de la fachada puede verse pintura descascarada. También las torres muestran humedad en parte de sus muros.
La iglesia San Jerónimo fue puesta en valor por última vez el 30 de septiembre de 2013, por la Municipalidad de Córdoba, según lo indica una placa ubicada en el frente del edificio religioso.
El actual templo se terminó de construir en 1886. Fue bendecido el 1° de noviembre de aquel año. En 1901, quedó constituido formalmente como parroquia.
Fuente: La Voz
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