Una promesa que Macri sí cumplió, con el argumento de que es “una ley antiempleo”, Macri anuló la Ley de Emergencia Ocupacional. Desde la oposición y el sindicalismo rechazaron el veto. Los jefes de las principales centrales sindicales se reúnen hoy y podrían decidir alguna protesta.
El presidente Mauricio Macri estrenó su facultad de veto al anular, como había anunciado, la ley de Emergencia Ocupacional aprobada esta semana el Congreso con el voto de casi todos los sectores de la oposición y a pedido de las cinco centrales obreras. El anuncio se hizo ayer al mediodía en la sede de Cresta Roja, la empresa avícola donde en diciembre pasado la Gendarmería tuvo su bautismo de fuego bajo el mando del PRO al reprimir a trabajadores desocupados que reclamaban por sus puestos de trabajo. Desde la oposición criticaron el veto y no descartaron la posibilidad de que el Parlamento insista, pese a reconocer que no será fácil reunir los dos tercios de los votos para promulgar el proyecto contra la voluntad presidencial. Hugo Moyano, Antonio Caló, Hugo Yasky y Pablo Micheli, que encabezan las principales ramas del movimiento obrero darán hoy en Mar del Plata una respuesta al rechazo del Ejecutivo. No se descarta una jornada nacional de protestas en las próximas semanas.
El mago
“En uso de la facultad constitucional que tengo, voy a vetar una a ley que para mí es antiempleo, que va en contra los argentinos y que demuestra que no confiamos en nuestro futuro”, dijo Macri al ponerle fin al derrotero del proyecto que nació como un reclamo de las centrales obreras y que fue respaldado por amplios sectores de la sociedad en la multitudinaria marcha del 29 de abril pasado.
A pesar de que el texto llegó al Congreso de la mano del Frente Renovador y finalmente fue impulsado y aprobado gracias al trabajo de todos los bloques peronistas en ambas Cámaras, con apoyo de aliados circunstanciales del PRO como el massismo y los socialistas, el Presidente caracterizó en su discurso la norma como una iniciativa del kirchnerismo, al que atacó duramente: “Nos quieren poner palos en la rueda, no quieren que progresemos, ni que tengamos nuevas oportunidades, no quieren que nos vaya bien”, se lamentó.
“En un año se verán los frutos”, prometió ayer Macri, olvidando sus promesas anteriores de que en el “segundo semestre”, que empieza en poco más de cuarenta días, las políticas que se aplican desde diciembre supuestamente comenzarían a tener efectos beneficiosos en la sociedad. En un tono ligero, el Presidente desestimó las críticas por las consecuencias que su gobierno generó en muchos hogares a partir de la pérdida de empleo, las exorbitantes subas de tarifas y la inflación creciente: “Siempre dije durante la campaña, que si buscaban un mago, ese no soy yo, los magos hay que ir a buscarlos a Las Vegas, y que los problemas que heredamos no se resolvían de un día para el otro.”
Desplante en la planta
La ceremonia se realizó en Cresta Roja para “celebrar” la reincorporación de 1300 trabajadores de la avícola, el principal anuncio referido al empleo desde que asumió Macri. En el momento del acto la planta estaba de paro por conflictos gremiales (ver página 4). Para asegurar el orden y evitar eventuales protestas, el complejo industrial ubicado en el partido bonaerense de Esteban Echeverría amaneció prácticamente militarizado.
Aún así, el gobierno no pudo evitar una manifestación de judiciales bonaerenses contra el ajuste de la gobernadora María Eugenia Vidal, presente en el lugar. Macri, a su vez, sufrió un desplante: el intendente local, Fernando Gray, no decidió no concurrir en repudio al veto de la ley. “No voy asistir al acto porque el Presidente viene a vetar una ley, que si bien es discutible, creo que sirve para preservar el empleo; entonces es positiva en este momento”, sostuvo el jefe comunal enrolado en el Frente para la Victoria. “Soy una persona muy respetuosa, trato de trabajar en conjunto con el gobierno provincial y nacional, trato de apoyar las cosas que se hacen bien. La gobernadora ha venido dos veces al distrito, pero lo de hoy, es una visita distinta”, explicó Gray. En su entorno, justificaron su decisión: “Fernando es dialoguista pero en política hay que aprender a poner límites y el veto está del otro lado de la línea.”
La defensa del veto
En defensa de la decisión de Macri aparecieron algunas de las principales figuras de su gabinete, aliados parlamentarios y una solitaria voz sindical: la del secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, quien descartó “por ahora” realizar una medida de fuerza en protesta por el veto, en una declaración que se entiende en el marco de su interna con ATE, que convocó a un paro para la semana que viene (ver aparte).
El jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, sostuvo que “el veto es una herramienta de la democracia” y que el objetivo del Gobierno es “buscar mecanismos para dirimir las disidencias y conflictos”. Por su parte, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, señaló que “el Presidente no está para quedar bien ni para adoptar actitudes demagógicas sino para hacer lo que considera mejor para los argentinos y en este caso para la generación de empleo genuino”.
Por su parte, el secretario de Trabajo de la Nación, Ezequiel Sabor, buscó relativizar las críticas al proyecto y las consecuencias que tendrá el veto: “Tuvimos reuniones muy productivas, realmente estamos muy contentos, incluyo a los trabajadores y a los empresarios”, señaló el funcionario, que se manifestó confiado en que “el arco político y sindical va a reaccionar bien ante el veto de la ley.”
La reacción sindical
La principal incógnita que surge del veto es cuál será la respuesta de las cuatro centrales obreras, impulsoras originales del proyecto que aprobó el Congreso. Esta tarde, en Mar del Plata, Moyano, Caló, Yasky y Micheli van a compartir un panel y luego una cena organizados por la Pastoral Social, además de “una larga charla” fuera de programa y lejos de las cámaras, donde evaluarán los pasos a seguir.
“No nos tenemos que asustar, el presidente tenía la facultad de vetar esta ley y creo que él sabrá lo que hace como presidente de la Nación”, aseguró Caló. “Queremos que no haya más despidos ni suspensiones, con ley o sin ley”, agregó el metalúrgico. Micheli, por su parte, consideró que el veto “es legal pero no legítimo”, mientras que Yasky calificó la decisión como “un cachetazo”.
El silencio de Moyano le pone algo de suspenso al resultado de la reunión entre los cuatro. Aún no se ha manifestado, aunque mandó a algunos de sus habituales portavoces a agitar la posibilidad de un paro general. “Es difícil saber si planea una medida de ese peso o está jugando un buzón”, lo interpretan en su entorno.
La oposición política no esperó el veredicto de las centrales obreras para condenar el veto. Esas voces no solamente surgieron desde el peronismo, que encontró en este tema un bálsamo para cicatrizar otras heridas internas, sino que también, y por primera vez desde diciembre, hubo diputados, gobernadores y otros dirigentes del massismo, el socialismo y la izquierda que repudiaron simultáneamente la anulación y pidieron medidas de lucha contra el Gobierno.
Fuente: Página 12
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