Pobreza aguda, aun en las ciudades con menos pobres. Incluso en las urbes más ricas hay bolsones de marginalidad profunda. Eso ocurre en San Francisco, Río Tercero y Villa María. En las estadísticas, estas localidades cordobesas son las que aparecen con menos indigencia.
Aunque repartida en desigual modo, la pobreza es una marca en todo el territorio cordobés y una realidad de la que no escapan las regiones con economías más desarrolladas y producto bruto más elevado ni las ciudades que muestran los mejores índices de desarrollo social.
En varias de esas ciudades del interior suele repetirse, desde hace décadas, que no cuentan con villas de emergencia. Sin embargo, ni aun en esos casos pueden ocultar que tienen familias que viven en condiciones similares, aunque en menor proporción, a las de los sectores más marginados de la Capital y de las regiones más empobrecidas.
Medir los hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI) es un modo de dimensionar el fenómeno de la marginalidad social.
El censo nacional 2010 fue la última foto estadística con utilidad comparativa. Para esta provincia, el relevamiento mostró que un seis por ciento de los hogares (61.845 sobre los 969.998 existentes) tenían NBI. Los departamentos del centro y sur mostraban los mejores índices, mientras que los del noroeste, como es ya histórico, registraban el mayor atraso.
En Villa María, no alcanzaron los envíos K ni la soja
Ni el boom de la soja ni las decenas de millones de pesos enviados por el gobierno kirchnerista a lo largo de una década a esta ciudad sirvieron para solucionar las demandas habitacionales y alimentarias de los niños y mujeres que viven en barrios periféricos de Villa María.
Ni el boom de la soja ni las decenas de millones de pesos enviados por el gobierno kirchnerista a lo largo de una década a esta ciudad sirvieron para solucionar las demandas habitacionales y alimentarias de los niños y mujeres que viven en barrios periféricos de Villa María.
En esas zonas se observan condiciones de vida de notoria precariedad y demandas sociales en aumento.
En las áreas más favorecidas, cada semana hay un nuevo edificio que comienza a levantarse hacia el cielo. Pero al mismo tiempo, merenderos y comedores barriales sostenidos por vecinos y organizaciones no gubernamentales, muestran desde hace varios años un aumento de situaciones de pobreza. También, a la vez, en el casino y la sala de tragamonedas de la ciudad se juegan 10,5 millones de pesos al mes.
Las Acacias, Mariano Moreno, Felipe Botta, San Nicolás, Los Olmos, Sáenz Peña y La Calera son los barrios que contienen a más familias con necesidades básicas no cubiertas, que requieren de ayuda para sobrevivir.
Fuente: La Voz
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