A pesar de que en el barrio viven chicos con enfermedades crónicas severas y muchos se desplazan en sillas de ruedas, no hay rampas de material, sólo «huellas» de tierra. No hay rampas de material en ninguna esquina de Héroes de Malvinas, el barrio de los niños enfermos.
En varias cuadras están previstas, pero se quedaron en el socavón, no se terminaron nunca. En la plaza, un espacio descampado donde se instaló la comisaría móvil, la accesibilidad es la misma de todo el barrio: una subida de tierra.
La plaza no tiene juegos: ni comunes ni adaptados. Y es toda de tierra y césped, una superficie poco amigable para los discapacitados motrices.
Carlos Contreras, que vive al frente, quiso cruzar a su hija Briana, que tiene un estado vegetativo persistente para hacer algo diferente, usar el espacio verde. La sacó con su silla de ruedas (que la mantiene erguida) e intentó superar el obstáculo llamado rampa. La rueda se trabó y Briana fue de cara al piso. La niña no tiene posibilidad de poner las manos: no tiene movilidad, ni reflejos. Se golpeó, hizo convulsiones y se rompió la silla.
Fuente:Dia a Dia
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