Se trata de un grupo de cinco policías integrantes del cuerpo de Vigilancia Especial de nuestra ciudad, que se mueven por el microcentro. Cuando dejan sus uniformes se transforman en payasos solidarios.
Cristian acaba de ver cómo la ambulancia se llevó a una señora fracturada. El piso le jugó una mala pasada y él tuvo que asistirla. El dolor es algo muy común para sus sentidos. Escuchar gritos, lamentos. Ver el sufrimiento cotidiano. Y estar pendiente de lo que está pasando ahí, en ese momento.
El día anterior tuvo que activar la comunicación con móviles por ese robo callejero cotidiano. Y así, desenfundar el arma también cabe en este agente de la Policía de Córdoba, aunque siempre va a agradecer que no ha tenido que disparar. «Nunca estuve en un tiroteo, por suerte. Pero uno sabe cuáles son los riesgos que vive cada día», le dice a Día a Día en la tarde del sábado.
Sorprendido por el llamado, Cristian Rosales, de 33 años cuenta cada detalle de lo que hace, ya desde hace tres años, cuando se saca el uniforme. Y cómo su agenda está nutrida de anotaciones, presentaciones y trámites por su labor. Allá al fondo de un cajón están sus pinturas y los espejos. Y al frente, en el ropero abierto, sus trajes de payaso.
«Somos cinco integrantes de la fuerza que tenemos un grupo que se llama Narices Rojas. Nos vestimos de payasos y vamos a los hospitales, animamos fiestas, colaboramos en la calle y vamos a las plazas y parques a repartir ropa, juguetes y golosinas», cuenta Cristian.
El resto de sus compañeros son Andrés Chávez, Fidel Paredes, Ángel Núñez y Cristian Peralta. Son los Paya-Policías, que se suman a la movida solidaria en las fiestas de cada año. «Si es reyes nos disfrazamos y repartimos juguetes. Para Navidad alguno de nosotros se viste de Papá Noel y la idea que traemos hace varios años sigue su curso», agrega.
No es el primer caso de policías que hacen labores solidarias. Conocido es también el caso del oficial Cristian Delgado que lleva adelante una labor similar. O el sargento que se viste de Hombre Araña para jugar con los chicos.
El grupo recorre barrios marginales, sectores carenciados y visitan otras provincias. «Armamos un viaje y fuimos a Báez, Santiago del Estero. No te imaginás la pobreza que hay ahí, al lado de Sol de Julio es. Gente realmente olvidada. Fuimos a llevarles ropa», comenta.
Cristian integra el cuerpo de Vigilancia Especial. Patrullan el centro de a pié y la dependencia está ubicada en calle Independencia 255, al lado de la Policía Turística.
«La verdad que está muy dura la calle. Cada día uno se sorprende por las cosas que pasan. Y debe estar bien para asistir, colaborar con lo que sea. Uno tiene que saber cambiar el chip. Recién vengo del parque Sarmiento, estuvimos repartiendo 900 bolsas de golosinas», agrega Cristian.
Todo a pulmón. Estos cinco policías de la Provincia tienen un fondo común donde aportan dinero de su sueldo y compran cosas para donar. «Por suerte hay gente que nos ayuda, pero nunca alcanza», dice. Narices Rojas tiene su espacio en Facebook y allí se pueden contactar quienes quieran colaborar.
La calle es su lugar. Y es difícil. Lidiar con todo. Con todo lo que pasa en una ciudad en la que suceden cosas hasta cuando la gente duerme.
«Salgo a las 14 pero no sé si vuelvo a la noche. Cada día es así. Saludo a mi hijo como si fuera la última vez que lo veo. Es drástico, porque todos los que trabajamos de policia convivimos con eso», comenta y es contundente ante la situación social:
«Somos psicólogos, nomencladores, enfermeros, somos todo a la vez. En la calle es difícil porque se siente a veces el desprecio. Uno tiene que saber manejarlo. Tiene que saber que se puede ayudar, dar una mano».
La crudeza de una labor pública es elocuente, pero Cristian dice que siempre hay que saber cambiar el chip, la ayuda le da la energía que le saca su labor cotidiana. «No es fácil, uno lo hace porque vos podes venir de una guardia cansadísimo y después en un evento le ponemos todas las pilas, es lo que nos alimenta», concluye.
Los Payapolicías de Córdoba están listos para seguir sumando esfuerzo en su segundo trabajo, por la sonrisa de los chicos. Para ello receptan ayuda y donaciones que puede enviarse a la misma dependencia policial en Independencia 255 o llamando al 3516579366.
DONACIONES QUE RECIBEN: Ropa y calzado usados en buen estado, juguetes que se puedan reparar y alimentos no perecederos y golosinas.
Ag. de Noticias: Dia a Dia
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