Repararon en Córdoba la válvula mitral de un hombre de 65 años. Lo hicieron a través de una incisión de apenas cuatro centímetros. El paciente se recuperó rápido. Camina, anda en bicicleta y hace vida normal. Esa cirugía, hasta ahora, se hacía a corazón abierto.
Una cirugía inédita de corazón se realizó en Córdoba para reparar la válvula mitral de un hombre de 65 años… El locutor de Radio Marcos Juárez, Juan Alberto Falchí, tenía insuficiencia en la válvula mitral por una situación degenerativa que se agrava con los años y que, en su caso, se trata específicamente de la Enfermedad de Barlow.
La válvula mitral regula el flujo de sangre de la aurícula izquierda hacia el ventrículo del mismo lado pero, al funcionar mal, permite que la sangre se filtre y regrese a la aurícula de la que partió. En consecuencia, los pulmones se congestionan porque se van llenando de sangre y es necesario recomponer la válvula para evitar el edema pulmonar que puede llevar a la muerte.
Falchí advirtió que algo no estaba bien en su organismo cuando “a la tardecita estaba muy cansado, me faltaba el aire y me tenía que acostar”. Le pareció raro el desaliento que le sobrevenía porque es un hombre que está acostumbrado a realizar todo tipo de actividades y ejercicios físicos.
Si bien se hacía análisis clínicos de rutina, decidió ir a un médico que lo “revisara” y el nuevo profesional encontró la falla en su corazón y lo derivó al Sanatorio del Salvador… “Fui ciego a la cirugía, con toda la fe”, cuenta Falchí.
Un equipo especializado del Servicio de Cirugía Cardiotorácica de ese centro asistencial realizó una cirugía plástica mínimamente invasiva (conocida como Mics, por sus siglas en inglés) para reparar su válvula mitral.
La intervención duró 6 horas, se realizó con anestesia general y la reparación se produjo a través de una incisión de cuatro centímetros. Otras tres pequeñas incisiones en la ingle, la tetilla izquierda y la axila permitieron la introducción de cánulas, cámara y pinzas a la zona donde se practicó la intervención.
“De esta manera, no se corta el esternón como en las cirugías convencionales y, por lo tanto, duele menos, sangra menos y, como se toca menos el corazón, se producen menos arritmias (fibrilación auricular), todo lo cual redunda en menor tiempo de internación y rápida recuperación”, explica las ventajas el cirujano a cargo, Gabriel Ramello.
“No se reemplazó la válvula; sí se reparó, que es lo mejor que se puede hacer”, agrega.
El paciente retomó su vida cotidiana después de seis días de internación. “Salió todo muy bien, estoy de diez: ando en bicicleta, camino, el médico me dijo que puedo hacer gimnasia y jugar al fútbol, y continúo con todas mis actividades”, resume Falchí.
Ag. de Noticias: La Voz
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