Fabiana Cantilo: «Me llevó puesta el rock» se presenta el sábado en San Isidro. Su relación con los periodistas, la maternidad, sus gatos y la terapia que salva.
“Los mosquitos y las moscas no tendrían que existir” sentencia Fabiana Cantilo mientras busca un repelente para sentarse con un poco más de comodidad en el patio de su casa en Acasusso, donde el fotógrafo y la camarógrafa la esperan en un mini-living improvisado al aire libre para aprovechar la luz de la tarde. A las corridas, como parece que vive estos días, entra en escena. Pide tomar un mate y comerse una galletita.
Busca la posición en la que el sillón no se hunda en la tierra y se acomode al desnivel que tiene el suelo muy cerca donde enterró meses atrás a Luna, su gata. Escucha todo lo que se le pregunta pero responde lo que quiere. Y pone condiciones: no hablará de su vida privada y tampoco de política porque “es algo que divide a la gente”. Hace seis años que está sola y sí, como a tantos otros artistas, reconoce que la música la salvó en muchas ocasiones.
—Voy a tocar el 11 en el Centro Cultural San Isidro y vamos a presentar un show acústico con un poco de lo que sacamos de Proyecto 33. Se escucha más la voz de los cantantes en estos recitales y es hermoso porque no te aturde. Este es el espíritu del acústico y quiero invitar a toda la gente de zona norte a ir. Es una producción mía, soy una artista independiente. Tengo una productora y, soy yo la que se encarga de hacer todo y es raro acostumbrarse a eso después de depender de tantos mánagers y tantas productoras y disqueras. Pero por primera vez soy independiente, y ¡eso es una noticia!
—¿Qué se siente ser independiente?
—Tengo que aprender a poner límites y sé que hay gente que no le va a gustar, pero los tengo que poner igual porque depende todo de mi y de mi estado de ánimo, es una nueva responsabilidad.
—¿De qué se trató ‘Proyecto 33’, la serie de 3 shows que hiciste en 2016 en el Teatro Maipo?
—“Proyecto 33 son 33 años de mi vida, y es un montón. De Los Twist hasta Superamor en 2014, entonces decidimos hacerlo con mis socias y llamamos a todos mis amigos del rock e hicimos los tres Maipo. Lo filmamos y lo vamos a editar y la gente lo va a poder comprar (será un DVD en vivo que será editado en los próximos meses).
—Volviste a hacer cine…(su última participación fue en la película Aire Libre en 2014)
—Hice una película, Hipersomnia, en la que hago de una tratante de blancas. Estoy copada con mi papel y con el director Gabriel Grecco. Se estrena el 30 de marzo.
—Con tantas anécdotas que debés tener en el mundo del rock, ¿nunca pensaste en escribir un libro?
—Ni en pedo. No, la verdad que no.
—Sos parte indiscutida del rock nacional…
—No pudieronn sacarme, ahora soy parte, ¡lo siento!, eso es lo bueno, que de la historia larga (del rock) me siento parte. Antes sentía que todavía tenía que pagar derecho de piso. Hasta hace muy poco.
—Sos de las pioneras del rock….(interrumpe)
—No, hay otras antes. Las pioneras fueron María Rosa Yorio, Gabriela, Celeste Carballo, y no puedo dejar de mencionarlas. A mi no me gustó cuando en los ‘90, un montón de grupos (de los que aclara, no va a dar nombres) empezaron a tirar mierda a los que estábamos antes y no es necesario eso, no está bueno.
—¿El rock es machista?
—No, los periodistas son los machistas, no los músicos. Y no explico más porque soy buena, pero yo lo padecí. El machismo está en cómo cada periodista decide contar la historia, y yo sé que algunos odiaban a las mujeres, nunca entendí bien porque estuve ahí diciendo ‘¿por qué no nos pasan por radio? Son todos hombres’ y yo creo que no son los músicos sino algunos periodistas en ese momento que sus razones tendrán. No lo quiero dejar de decir pero tampoco voy a dar nombres.
—¿Tenés mambos a esta altura de la vida?
—No, para nada (risas). Te estos jodiendo, ¿cómo no voy a tener mambos?, tengo miles, no los voy a contar porque son privados, pero sí los tengo. No puedo contar todo ya… vengo justamente de terapia.
—En un momento declaraste: ‘Hay gente que tiene hijos, yo tenías discos’ ¿Fue una elección no haber sido madre?
—No fue una elección, pintó. Me llevó puesta el rock, no sé bien qué pasó, no es una elección pero puede que sí porque hablando de los ancestros, tiene que ver con mi historia elegir inconscientemente no tener hijos. Pero no me importa, la verdad es que mejor. Ahora no tendría un nenito que llora, ahora vivo sola con mis gatos y estoy súper bien.
—Cumpliste años hace poco y diseñaste una torta con forma de chancho…
—¿Cómo sabes? Soy chancho. Me encanta el horóscopo chino, el otro también y todo lo que tenga que ver con lo esotérico. Soy pisciana, chancho de piscis y chancho inspirado. Amo a los animales. Soy re hippie.
Alejada de los ruidos y el caos vehicular, Fabiana reside en Acassuso donde reconoce que no le sirve para componer sino para «no escuchar bocinazos y seres». Fóbica confesa admite: “Gracias a las terapias estoy un poquito mejor”.
—¿De qué trata COMEDIAS?, un nuevo proyecto en el que te embarcas junto a Hernán Casciari y que se presenta desde abril en la Sala Siranush.
— Me asusta, pero sé que los voy a hacer reír porque soy graciosa a pesar de que sufra. Fui convocada por este capo del humor y me pareció divertido, y lo vamos a hacer. Me siento muy honrada en que me haya convocado y espero que me salga todo bien. Él también es chancho, «los chanchos chochos»…te saqué de tema, lo estoy haciendo a propósito porque no quiero hablar de cosas personales.
—No querés no hablamos…
—Todo bien, ya estás acá, no te voy a hacer eso.
Relajada confiesa que para ella «no hay edad en el rock», y agrega: «Lo que sí tiene (el rock) es que no hay prejuicios, o sea si hay, pero muchos menos que en otros ambientes, me doy cuenta».
—Charly García sacó un nuevo disco (Random) ¿Hablaste con él?
—Hablando de edad y de rock… No hablé, pero me encantó que hable de mí, porque es Charly es nuestro genio aún viviente, como él no hubo nadie porque lo sé, sigue siendo un honor que hable de mi. Sigo pensando que dijo ‘vinilo’ y por eso ‘Fabi Cantilo’, pero la historia puede tener que ver conmigo y no sólo por lo de que consumía drogas, sino por lo de “talentosa y que sus papás no la entendían”, que no es exactamente verdad, pero siempre hubo gente que no me entendió, podrían ser los periodistas y algunos productores quizás.
—Tenés un recelo con muchos periodistas…
—Sí, me atacaron en ‘¿De qué se ríen? (1998), mi mejor disco. Alguien mandó la orden de que no les gustó, porque yo me peleé con un montón de gente para hacer eso. La verdad que voy a estar siempre enojada y no los pienso perdonar (risas). Voy a usar este medio para decirle a la gente que mi obra está en spotify, son 13 discos, sólo quiero que la escuchen, no quiero que compren nada. Que salgan de ‘Nada es para siempre’, ‘Mi enfermedad’, ‘Ya fue’, porque hay cinco discos con todas composiciones mías. Porque por ejemplo en ‘¿De qué se ríen?’ ¿quién conoce el hit, que fue Júpiter? Nadie, porque no les interesó difundirme porque no estaban de acuerdo los de las discográfica de ese momento que yo haga eso, entonces no te pasaban por radio. Eso es lo que pasa cuando uno trabaja para otro. Hay productores geniales, discográficas geniales y súper respetuosas pero te encontrás con otras con las que no. Igual no estoy más enojada, en el ‘98 estaba muy enojada y triste, pero tuve que pasar por eso por alguna razón. La culpa no la tienen los demás, uno es el que atrae hacia sí todas las cuestiones.
—Tenés elaborado eso…
—Budismo, recuperación, terapias especiales, no cualquier terapia. ¿Qué más?, preguntá, ya estoy acá sentada.
Habla a la cámara, a la camarógrafa, al fotógrafo y a su asistente. Está en la misa, en la procesión y si uno se descuida, se pone a coordinar a los fieles. En plena nota, piensa en voz alta que cuando esto termine se va a andar en bicicleta, o capaz no. Depende de la fiaca que tenga. Ya lo dijo antes, es su propia jefa. “Vengo de hablar con mi terapeuta de que tengo que hablar de lo que yo quiero”, remarca.
—¿Cómo estás hoy?
—Normal. Soy una mezcla de hiperquinética con depresiva (risas). Es horrible pero hago lo que puedo. Por eso tengo tantas camitas (señala las reposeras que hay alrededor), cuando me deprimo me tiro. Levanto con música.
—¿La música te salvó?
—Lo leíste a eso.
—No, es típica pregunta que le haría a un músico. A Charly le preguntaría lo mismo.
—Sí, sabés que sí. La música nos salva a todos. Le diría a la gente que cante aunque no sean afinados, que haga música porque la música te saca. Ahora, si vas a escuchar heavy metal en tono menor, no sé si te va a salvar. No lo recomiendo. Sorry los heavys (risas). Esta bueno par a hacer una catarsis, pero si querés conectar, te diría que escuches música clásica, o Los Beatles, y Stevie Wonder.
—¿Tenés una opinión sobre el paro de mujeres? ( Tuvo lugar el 8 de marzo, dos días después de la nota)
—Me encanta. No me meto en política porque lo que pasó acá, y lo que hicieron -que no son los políticos sino que pienso que son otras cosas- de dividir y que la gente se odie: ¡Fuck!. Estoy del lado del amor y siempre voy a tratar de unificar, entonces si la política sirve para dividir, no creo en eso. Creo en el Dalai Lama, en el Papa y en nosotras que somos lo más, porque podemos tener niños y hacer todo lo que hacen los hombres. Pero no soy feminista para nada. Volvemos a la mujer, entonces las mujeres paran por un día de hacer lo que hacen: ¡Agarrate Catalina!, solo quiero decir eso.
Me gusta la justicia, soy medio justiciera, odio la injusticia, los abusos y la violencia y el engaño, porque fui víctima de todo eso. Pienso que la mujer, como dijo (John) Lennon ‘es el negro del mundo’, si bien no en todos los casos, porque estamos muchísimo mejor que antes. No me gusta, y lo van a hacer, es que lo conviertan en una cuestión política porque todo lo que genere odio y separación estoy en contra, y tendríamos que estar todos en contra de eso.
—¿Qué disfrutas hacer cuando no estás con la música?
—Comer. Ver cine. Me gusta ver lo que se hace en Argentina a nivel actoral, lo grabo y lo veo y obvio ¡Netflix!, las vi todas: Mad Men, House of cards, Homeland, Downton Abbey…Igual tengo que apagar como todo a la 1 porque sino al otro día me siento mal si no dormí, me ganó la angustia de la mañana. No madrugo mucho, soy mi propio jefe…
—Dijiste hace poco: ¡No más disco de covers, con dos es suficiente! ¿Seguís pensando eso?
—Mirá, nunca digas nunca, pero no sé, no tengo idea. Sólo por hoy, por ahí mañana estoy anda a saber dónde.
En primera persona
Sólo para aclararle porque para mí es pionera, en medio de la nota le relato que cuando era chica me regalaron un cassette suyo y ese fue -en lo que yo recuerdo- mi primer acercamiento al rock nacional. En la tapa del mismo, ella tenía un sombrero de pana.
—Golpes al vacío es el álbum. Acto seguido me pregunta mi edad.
—Treinta, le respondo.
La nota concluyó y un rato después indaga:
—¿Qué sos en el horóscopo chino?
—Tigre… ¿Eso es bueno o es malo?
—Hace mucho no estoy cerca de un tigre….
—¡Qué loco! Pensé. Yo hace mucho no tengo cerca a alguien como Fabiana Cantilo.
Próximas presentaciones:
Fabiana Cantilo tocará este sábado en el Centro Cultural San Isidro (Av. Libertador 16138. San Isidro) donde ofrecerá un show acústico e íntimo. Entradas en venta.
En abril presentará COMEDIAS (Canciones y cuentos que te mejoran el día) junto a Hernán Casciari, en la Sala Siranush (Armenia 1353, CABA).
Fuente: Perfil
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