Los ladrones le intentaron robar la moto. En medio de un forcejeo, el malviviente gatilló contra su humanidad. Una de las balas le rozó el casco y la otra quedó incrustada en una caja de cartas de Pokemon que su hijo le había dado y él había guardado en su campera.
El episodio ocurrió el miércoles en el barrio IPV-Argüello de la ciudad de Córdoba, alrededor de las 18, en la calle Fermín Martín, sin número. Allí, dos ladrones armados intentaron robarle la moto Honda Falcon 400 a Pablo Molina, empleado municipal que hacía cinco días la había comprado.
De las cinco balas, tres esquivaron sus piernas, una rozó el casco y otra quedó incrustada en una caja de cartas de Pokemon, que el hombre le había dado a su hijo y las llevaba guardadas en el bolsillo de su campera a la altura del abdomen y sirvió de escudo pata interceptar uno de los disparos.
«Mi hijo me había pedido una cajita de figuritas, ayer me las pidió y hoy se las traje de recuerdo y las quería llevar a su casa para jugar con el hermano, pero me quedaron en el bolsillo», contó Molina al diario La Voz de Interior.
El hombre dirige la fundación «Plato Lleno», una organización solidaria que trabaja con varios comedores comunitarios de la ciudad y, a través del programa municipal Jóvenes en Acción, enseña hockey y rugby a chicos de barrios de escasos recursos económicos junto a otros profesores de educación física.
El caso es investigado por la comisaría 14 bis y la Unidad Judicial 19.
Comentar post