El jefe de Gobierno catalán, Carles Puigdemont, comparece hoy ante el Parlamento regional para anunciar el próximo paso en su plan secesionista, incluida una posible declaración de independencia unilateral.
Tres grandes escenarios son posibles cuando el líder catalán hable ante el «Parlament”: que declare la independencia unilateral, que lo haga con alguna fórmula «simbólica» o que se limite a pedir diálogo al Gobierno central, que ya avisó que responderá con «mano firme» para impedir la ruptura.
La ley con la que el Gobierno catalán convocó el polémico referéndum no autorizado del 1 de octubre prevé la declaración de independencia en un plazo de 48 horas después de la difusión de resultados oficiales de la consulta en caso de una victoria del «sí» a la ruptura con España.
El viernes se confirmó que la vía independentista ganó por un 90 por ciento la consulta suspendida por el Tribunal Constitucional español, en parte porque los partidarios del «no» la consideraban ilegal y rechazaron votar o hacer campaña.
Sin embargo, las dudas de legitimitad sobre el referéndum, la ola de grandes empresas que están dejando Cataluña ante la perspectiva de una independencia, la falta de apoyo internacional al proceso y la masiva manifestación en apoyo a la Constitución y la unidad de España el domingo en Barcelona pusieron a Puigdemont en una encrucijada.
«Vamos a impedir la independencia de Cataluña», avisó el lunes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. «Tomaremos las medidas para impedirlo que sean necesarias». Representantes de los principales partidos españoles pidieron también a Puigdemont que frene su hoja de ruta.
Puigdemont quedó así entre dos frentes: el de la coyuntura política, social y económica, que aconseja evitar la vía unilateral, y el del plan que mantuvo hasta ahora y que le exige cumplir hasta el final la CUP, el partido antisistema que sostiene su Gobierno en el Parlamento.
DW
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