Al menos 31 muertos y más de 77.000 hectáreas devastadas son hasta el momento las consecuencias de los incendios que desde el domingo afectan el norte de California, al que los bomberos y servicios de emergencia han logrado atenuar mediante pequeños avances en los últimos días.
“Ésta es una catástrofe crítica y grave”, dijo a periodistas el jefe de los bomberos deCalifornia (CalFire), Ken Pimlott. “No vamos a salir del bosque por varios días”, añadió.
“Todavía estamos impactados por cinco años de sequía”, dijo. “Estamos hablando de una vegetación explosiva”.
El saldo de fallecidos subió a 31, pero las autoridades estiman que continuará aumentando. El sheriff del condado de Sonoma -de los más afectados- dijo que hasta ahora recibieron 900 reportes de personas desaparecidas, de los cuales la mitad ya apareció a salvo. Espera que el resto no haya podido comunicarse por el colapso en las redes y que estén bien.
Pero indicó que los cuerpos de rescate entraron en la “fase de recuperación”. “Tenemos perros de búsqueda que básicamente siente el aroma de los cuerpos y nos ayudan a encontrarlos”.
Por su parte, el sheriff del condado de Sonoma, Rob Giordano, dio a conocer el 12 de octubre por la noche los nombres de diez de las víctimas, en su mayoría, personas de unos 70 u 80 años de edad.
Hasta el miércoles, al menos 3.500 edificios habían sido destruidos por las llamas, incluyendo viviendas y comercios, y más de 20.000 personas habían sido evacuadas como medida de precaución.
El Departamento de Bosques y Protección contra Incendios de California (Cal Fire) informó que unos 8.000 bomberos siguen combatiendo 21 focos que ya quemaron casi 77.500 hectáreas
«Hemos tenido grandes incendios en el pasado. Este es uno de los más grandes y más graves y todavía no ha concluido», dijo el miércoles en una rueda de prensa el gobernador de California, Jerry Brown, tras reunirse con los equipos de emergencia que trabajan para sofocar el fuego.
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