El fenómeno se produjo en el desierto de Arizona y generó ráfagas de 100 kilómetros por hora.
Una tormenta de arena generada en el desierto de Arizona, Estados Unidos, sitió a Phoenix, una localidad de 1.500.000 habitantes por la fuerza y persistencia que presentaba.
La cuarta ciudad más poblada del país norteamericano quedó colapsada por una inmensa columna de humo que en pocos minutos despertó las alertas del gobierno y las fuerzas de seguridad.
Vuelos cancelados, apagón generalizado, y arena sobre las calles, el arbolado, las casas y los autos fueron las consecuencias que ocasionaron las ráfagas que alcanzaron los 100 kilómetros por hora.
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