El ex presidente de Brasil Lula Da Silva se entregaría este sábado, luego de la misa en memoria de su esposa, Marisa Leticia, fallecida en 2017, según difunde el diario Folha de Sao Paulo. La entrega será frente al sindicato ABC.
Las autoridades decidieron que era muy riesgoso un arresto en el Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, en las afueras de San Pablo.
Miles de simpatizantes de Lula llegaron al lugar y el operativa podía terminar en episodios de violencia.
Como la ceremonia en memoria de Marisa Leticia está pautada para las 9:30, la entrega podría concretarse después del evento o recién el lunes.
Si finalmente mañana Lula se pone a disposición, será transportado a Curitiba en un avión de la policía. La negociación esta dirigida por los superintendentes de la Policía Federal en São Paulo y Curitiba, que mantienen informado al director general de la corporación, Rogério Galloro.
Y la decisión de cancelar el discurso también respondería a un consejo de los propios letrados que lo asesoran, ya que una intervención encendida podría considerarse un «desafío» a la orden de Moro. Técnicamente Lula no está prófugo porque si bien el magistrado le dio un plazo para presentarse voluntariamente, su paradero es conocido así que si la policía quiere detenerlo sabe dónde está.
Fuentes de la Policía no descartaron que el ex presidente se entregue en alguna dependencia de San Pablo y de allí sea trasladado a Curitiba, donde ingresará a una «sala especial», que cuenta con «una cama, con una mesa con sillas y un baño» y que está aislada del resto de detenidos.
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