El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se entregó a la Policía Federal para cumplir su pena por corrupción y lavado de dinero. Antes, militantes del PT habían impedido que se retire del Sindicato de Metalúrgico.
Pese a que militantes impedían su salida del Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo donde permanecía atrincherado desde hace dos días, medios brasileños reportan que el exmandatario salió a pie del lugar y se dirige hacia la policía para hacer formal su entrega.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), la senadora Gleisi Hoffmann, le había solicitado a los militantes que permitan que el expresidente se entregue a las autoridades en para no perjudicar su situación jurídica.
Lula salió rodeado por partidarios, entre ellos líderes de su Partido de los Trabajadores y empleados siderúrgicos, quienes se habían reunido afuera de la sede sindical situada en un suburbio industrial de Sao Paulo.
El mandatario había anunciado en la mañana de este sábado que estaba decidido a entregarse, pese a que reafirmó su inocencia. «Voy a cumplir la orden de cárcel y cada uno de ustedes se transformará en un Lula»
#Lula ya en el auto policial camino al aeropuerto donde lo aguarda un avión para llevarlo a Curitiba, donde será encarcelando.
Vía @C5N
pic.twitter.com/1kiEfXDUjy— Victor H. Becerra (@victorhbecerra) 7 de abril de 2018
Lula fue condenado en enero en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión por cargos de corrupción en el contexto del Lava Jato, una megacausa que salpica a casi toda la clase política brasileña.
La Justicia rechazó varios recursos de su defensa para evitar una orden de arresto, aunque los abogados de Lula sostienen que aún no se agotaron todas las instancias, y por lo tanto esta orden de arresto les resulta arbitraria.
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