Los Reds entraron a la cancha en Kiev y se llevaron puesto al Merengue. No lo dejaban pensar y se adueñaron de la pelota, con Mohamed Salah como bandera. Pero todo se terminó a la media hora, cuando Sergio Ramos lo sacó al egipcio del partido luego de un golpe en el hombro, que además lo deja entre algodones para jugar el Mundial.
En el complemento llegaron las emociones. A los cinco minutos, el arquero Loris Karius cometió un error infantil que abrió el marcador: no vio que tenía cerca a Karim Benzema y quiso salir jugando con un compañero, pero el francés la desvió y puso el 1-0.
El equipo inglés fue al frente y llegó al empate cuatro minutos más tarde con el tanto de Sadio Mané, para soñar con algo mejor.
Pero todo terminó cuando a los 18, Gareth Bale sacó una espectacular chilena para volver a poner al frente al Merengue. Que cerró el resultado gracias a otro error de Karius a los 37, cuando Bale le pateó desde la casa y el uno puso una flojísima resistencia, metiéndosele la pelota al arco.
Con este resultado, Real Madrid se llevó su decimotercera Liga de Campeones, confirmando una hegemonía absoluta que se ha extendido desde España a Europa y el mundo.
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