Según una investigación, son el enemigo público número uno del peso ideal
Además de estas, también contribuyen al aumento lento y progresivo de kilos el consumo habitual de gaseosas azucaradas, de carnes rojas y procesadas y de cereales refinados.
Los resultados del trabajo sugieren que la suba de peso no se debe sólo a la cantidad de calorías de las papas y otros comestibles, sino sobre todo a la calidad de los carbohidratos que contienen.
La principal recomendación de los investigadores es mejorar la calidad de los carbohidratos de la dieta. No se trata de evitarlos, ya que deben aportar el 55% de la energía de la dieta. Pero sí de incrementar el consumo de cereales integrales y moderar el consumo de azúcares, almidones (abundantes en las papas) y cereales refinados (como los del pan blanco, arroz no integral o cereales de desayuno bajos en fibra).
El equipo de Harvard analizó datos de más de 120.000 personas que habían participado en tres grandes estudios de salud pública en EEUU. Los resultados confirman que los participantes en el estudio ganaron una media de 380 gramos al año.
Lo que más lo favorece es el consumo asiduo de papas fritas, que comportan un aumento medio de peso de 380 gramos anuales. Combinadas con una ingesta frecuente de carnes procesadas y bebidas azucaradas, el aumento de peso se eleva a 600 gramos anuales. O doce kilos en veinte años.
En cuanto a los alimentos que ayudan a mantener la línea, se destacan los cereales integrales, las frutas y verduras y, sobre todo, el yogur. La investigación muestra cómo aumentar el consumo de este lácteo, en lugar de hacer ganar peso, ayuda a perderlo.
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