En sintonía con la sátira social, que se le conoce, estrenará El burgués gentilhombre, de Molière
Una vez -hace de esto un año- Kive Staiff, el ex director del Teatro San Martín, convocó a Enrique Pinti a su oficina del quinto piso. «Antes de irme del teatro quiero tirar una bomba. Quiero que vengas a actuar al San Martín, ¿qué te gustaría hacer? ¿Un clásico?, dicen que le dijo. «Claro que sí -contestó el señor que es conocido por sus rápidos reflejos-. Quiero hacer una obra de Molière, El burgués gentilhombre. » Y fue a partir de ese comentario que aprovechó el hueco y pateó al arco. «Yo ya hice El burgués… en el 58, en el Nuevo Teatro, con Alejandra Boero y Pedro Asquini, que tuvo una crítica tan fea… Todavía recuerdo el título: «Niños, comienzan las clases el 14 de marzo»». Quien había escrito eso era el mismo Kive. «Yo no puedo haber sido tan hijo de puta», parece que le dijo. «Sí, Kive. Todos, en algún momento, somos hijos de puta. Por eso quiero mi revancha», agregó. Y acá estamos: en el bar del San Martín, a una semana del estreno de El burgués gentilhombre.
A partir de aquella charla, Staiff convocó a Willy Landin, el mismo que había tenido tanto éxito con Las mujeres sabias, para que dirija la puesta. En los papeles, el cronograma pintaba a la perfección. En la realidad, como suele ocurrir, no. Es que el estreno se fue postergando, la fecha prevista era el 17 de junio; y como Landin tenía un compromiso en Italia, volvió al país recién hace pocos días después de un mes de ausencia. «Ahora estamos en una zona de riesgo –ironiza Pinti–. Para colmo, Willy no es de los directores que se duermen durante el ensayo, todo lo contrario. Es muy minucioso y toma riesgos muy grandes en sus puestas.»
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