El ejemplar de una cría de serpiente de 5 cm centímetros y con una antigüedad de 100 millones de años fue encontrado en Myanmar, preservado dentro de una pieza de ámbar y se cree que vivió en un bosque del ahora sudeste asiático.
Científicos encontraron los restos pequeños de una cría de serpiente preservada en una pieza de ámbar que vivió en un bosque de lo que en la actualidad es Myanmar, en el Sudeste Asiático.
Se trata de un hallazgo extraordinario porque es la primera vez que encuentra el fósil de una serpiente tan joven. El ejemplar es lo suficientemente pequeño como para caber en una uña.
De acuerdo con un estudio, el trozo de ámbar contiene dos fósiles notables. El más valioso es el de la cría de serpiente, perteneciente al Cretácico. Los científicos han identificado 97 vértebras del reptil recién nacido, que miden 4,8 centímetros de longitud. A la pequeña serpiente le falta la cabeza, pero los autores del estudio pudieron identificarla como una nueva especie a la que han llamado “Xiaophis myanmarensis” y vivió en el período Cretácico Superior.
Los científicos de la Academia China de Ciencia que participaron del descubrimiento dicen que el hallazgo da una idea de la evolución de las serpientes en un momento en que los reptiles compartían el planeta con los dinosaurios.
La serpiente no conserva el cráneo, pero a través de estudios con rayos X, los científicos pudieron determinar similitudes importantes con otras serpientes cretácicas del antiguo bloque continental llamado Gondwana, según describe el informe publicado este miércoles en la revista Science Advances.
Los investigadores pueden ahora estudiar cómo se desarrollaban las crías de serpiente hace millones de años, particularmente en lo referente a la formación de las articulaciones que unen la columna vertebral y el cierre del tubo que se convertiría en la médula espinal.
Esta especie en particular ahora está extinta, pero podría haber sobrevivido en forma primitiva durante decenas de millones de años.
Este espécimen es la primera serpiente mesozoica que se encuentra en un entorno boscoso, lo que indica una mayor diversidad ecológica entre las serpientes primitivas de lo que se pensaba anteriormente.
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