El Gobierno publicó este martes en el Boletín Oficial el decreto 703/2018, y de esa manera completó la oficialización del plan de reestructuración de las Fuerzas Armadas. La norma marca una profunda diferenciación con el kirchnerismo en la visión de la política internacional.
Mediante el decreto 703/2018 publicado este martes en el Boletín Oficial, Macri dispuso, entre otras cosas, la conformación de una unidad de despliegue rápido; el refuerzo militar en las fronteras; la vigilancia y control de los espacios soberanos; la protección de Objetivos Estratégicos de parte de las Fuerzas Armadas; el apoyo a la política exterior y al sistema de seguridad interior; la creación de la ciberdefensa para la vigilancia y control de los espacios soberanos y la reestructuración del Poder Aeroespacial del Instrumento Militar para unificar la fuerza aérea militar.
«La Defensa Nacional es una función esencial e indelegable del Estado Nacional y tiene por objetivo rector garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación y la protección de la vida y la libertad de sus habitantes», contempla el decreto.
Multilateralismo. Se plantea que “el debilitamiento de la predisposición al multilateralismo no es homogéneo ni irreversible. Esta tendencia encuentra como contrapartida la prolífera actividad de diversos mecanismos de vinculación entre las naciones”. Y agrega que “ámbitos como el G20 y la OCDE expresan la aún persistente confianza en la utilización de instancias de articulación internacional y gobernanza global”.
Terrorismo. La figura de “terrorismo internacional” aparece en el decreto de Maci para sostener que ello “configura uno de los principales problemas de la agenda del siglo XXI. Este fenómeno adquiere mayor complejidad al confluir con otros delitos y fenómenos criminales complejos, tales como el narcotráfico, el lavado de dinero, la trata de personas y los delitos que se cometen con asistencia de las nuevas tecnologías de la información. El abordaje de estos asuntos requiere una estrecha articulación nacional e internacional, que incluya la participación de organismos gubernamentales y de la sociedad civil”.
Diagnóstico Regional. En la evaluación que hace el Gobierno de la situación regional, el texto sostiene que “América del Sur ha logrado consolidarse como una zona de paz, caracterizada por la ausencia de conflictos interestatales, el respeto de los Derechos Humanos y la promoción del sistema democrático de gobierno”. Y pone énfasis en la participación activa de la Argentina en la OEA el Mercosur y su acercamiento con la Alianza del Pacífico. No sólo ello. También eleva una dura crítica al gobierno venezolano que “persiste en sus esfuerzos por consolidar un régimen autoritario que viola de manera sistemática las libertades fundamentales y los derechos políticos de sus ciudadanos. La crisis política, humanitaria, social y sanitaria que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela atenta contra la consolidación de la zona de paz sudamericana, dado que afecta negativamente la estabilidad de la región, especialmente la de los países vecinos”.
Por el contrario, los Kirchner sostenían en el plan de defensa que la Argentina debía tener un rol “activo y constructivo en las consultas tendientes al futuro establecimiento de un órgano de Defensa Sudamericano en el marco de la UNASUR y respaldaba el accionar del grupo del ALBA integrado, entre otros, por Venezuela, Cuba y Nicaragua”. Lejos de ello, el actual gobierno no solo cuestionó a la UNASUR sino que decidió alejarse temporalmente de ese organismo hasta tanto garantice un esquema de funcionamiento democrático.
La cuestión Malvinas. En el capítulo donde se estableció la decisión de reforzar el control militar en el Atlántico Sur y la Antártida, el nuevo decreto hace una salvedad sobre el vínculo con Gran Bretaña. “La reciente mejora en la relación con el Reino Unido contribuye al logro de este objetivo nacional irrenunciable, ya que favorece un espacio de oportunidad para incrementar la cooperación bilateral y promueve al interés nacional de preservar y explotar los recursos naturales allí existentes”.
El decreto de los Kirchner no sólo rechazaba cualquier acercamiento con Londres sino que planteaba que Gran Breteña “está trabajando en la pretensión de extender su alegada soberanía territorial en las islas Malvinas y en la Antártida”.
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