El Senado estadounidense dio un amplio respaldo este miércoles a la suscripción con Rusia del tratado START, el pacto más importante sobre reducción de armas nucleares desde el fin de la Guerra Fría, lo que ha sido interpretado como una victoria para la agenda internacional del presidente Barack Obama.
La rúbrica del START, con el que el mandatario busca frenar el despliegue de armas nucleares en el mundo, recibió el visto bueno de 71 senadores, mientras otros 26 se abstuvieron, no sin antes sostener un intenso debate que amenazó el tradicional bipartidismo sobre asuntos de seguridad nacional.
Con este resultado Obama tiene luz verde para llevar adelante un acercamiento con Rusia y desplegar su estrategia para lograr la unidad de las principales potencias internacionales en relación con los programas nuclear de Corea del Norte e Irán.
La firma del tratado, dijo el senador demócrata John Kerry, encargado de conducir el debate que posibilitó el triunfo en el Senado, envía un claro mensaje a Pyongyang y Teherán «de que la comunidad internacional permanece unida para frenar las ambiciones nucleares de los países que operan fuera de la ley».
START propone que Rusia y Estados Unidos, que poseen el 95 por ciento de las armas nucleares existentes en el mundo, reduzcan en siete años las armas atómicas estratégicas desplegadas por cada país a un máximo de 1.550, mientras que los lanzadores de misiles desplegados quedarán en no más de 700.
La victoria era crucial para Obama, que definió al pacto como su máxima prioridad en política exterior. Una derrota, según analistas, habría deteriorado su posición global, dañando su capacidad para negociar otros tratados internacionales.
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