Las ventas oficiales, que ayer rondaron los US$ 270 millones, ya llegan a 1450 millones en lo que va del mes
El Gobierno ratificó en los hechos su vocación por mantener el dólar quieto , pese a la erosión que está sufriendo la competitividad del tipo de cambio promedio, en un contexto global enrarecido por la denominada «guerra de monedas» , en la que cada vez más países intentan ponerse a cubierto de «invasiones» comerciales ante el cuadro recesivo que amenaza a los países centrales.
Ayer ofreció desprenderse de US$ 700 millones para evitar cambios en los precios y tratar de transmitir calma al mercado.
Logró su primer objetivo tras vender otros US$ 270 millones a los privados (el mayorista se mantuvo congelado a $ 4,2050 y el minorista vendedor en pizarras céntricas, a $ 4,24), pero el creciente monto de sus intervenciones (en momentos en que se presumía que la estabilidad del precio ayudaría a desalentar parte de la demanda) denuncia que conseguir el segundo objetivo le resultará, en el mejor de los casos, bastante más trabajoso.
Los analistas y operadores coinciden en sostener que la demanda se mantiene activa en momentos en que se multiplican las «señales» que la alimentan. Mencionan al respecto la sostenida tendencia a la depreciación que muestra el real, desde que Brasil introdujo cambios en su política monetaria (ayer se devaluó otro 3,3% frente al dólar, con lo que acumula una caída cercana al 13% desde julio) y que por la soja en Chicago se volvió a pagar menos de US$ 500 por tonelada cuando había rondado los US$ 540 a fin de agosto.
«Son factores que suman presión y obligan al Gobierno a redoblar sus esfuerzos. El problema es que los costos son cada vez más caros», advirtió un operador.
Desde que decidió congelar el precio del dólar, a comienzos de mes, el Banco Central (BCRA) debió vender US$ 1135 millones de las reservas, el 96,5% del total que había volcado en agosto, mes en que había convalidado una suba del 1,2% en el valor del dólar. Como contrapartida, su tenencia de reservas no deja de caer (cedió US$ 786 millones en lo que va del mes, al pasar de 50.009 a 49.223 millones), pese a que la entidad intentó disimularla tomando préstamos de bancos del exterior.
Además, entre el Banco Nación y la Anses lo auxiliaron aportando otros US$ 320 millones, lo que eleva el total de ventas oficiales por encima de los US$ 1450 millones. Pero la demanda no cede.
Ayer, tal como viene sucediendo desde hace varias jornadas, apenas iniciada la rueda el BCRA colocó sus habituales posturas de venta en bloques de US$ 100 millones a $ 4,205 por dólar. Pero los compradores arrasaron con todo.
Fue entonces cuando el BCRA ofreció vender US$ 500 millones. «Buscó decir: «Tenemos todos los dólares que ustedes quieran», y le salió bien, dado que sólo le demandaron otros US$ 20 millones. Pero la experiencia de los últimos días muestra que la calma dura poco, por lo que nadie espera que la demanda se modere, al menos hasta que aparezcan señales para disminuir la incertidumbre», confió un banquero.
Entre los datos que confunden y desconciertan al mercado, está la voluntad que expresó el Gobierno por seguir utilizando reservas para pagar la deuda pública en esa moneda en 2012, pese a que el artilugio legal al que se recurrió hasta ahora (al exhumar la figura de reservas de «libre disponibilidad» de la convertibilidad) esté agotado.
Así lo expresa en el artículo 43° del proyecto de presupuesto 2012 que envió al Congreso, donde plantea pagar US$ 5674 millones en vencimientos de deuda en dólares con bonistas apelando a las reservas (ver pág. 3). Si creara un fondo de desendeudamiento con igual criterio que en los dos últimos años, ya le estarían faltando US$ 2000 millones. «A menos que devalúe o reduzca la emisión monetaria. A eso me refiero cuando hablo de incertidumbre y señales que, lejos de combatirla, la alimentan», explicó un operador..
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