Si aún recibe mensajes de una aplicación a pesar de haberla borrado de su dispositivo móvil, es probable que tenga un ‘rastreador de desinstalación‘, un modo mediante el que ciertos desarrolladores de ‘apps’ identifican qué usuarios han prescindido de un programa y le envían anuncios con el fin de recuperarlos.
Tras el escándalo que protagonizaron Facebook y la empresa Cambridge Analytica, el mundo conoció cómo la publicidad avanzó un paso para mezclarse con la tecnología con el objetivo de dirigirnos para que tomemos decisiones.
Una investigación de Bloomberg descubrió que compañías como Adjust, AppsFlyer, MoEngage, Localytics o CleverTap ofrecen rastreadores de desinstalación o ‘uninstall trackers’, un servicio añadido disponible en iOS y Android que permite recordar todo lo bueno y necesario de la aplicación borrada con el fin de que la vuelvan a utilizar.
Esas firmas aseguran que su servicio mide la reacción de las personas ante las actualizaciones o modificaciones en las aplicaciones. Sin embargo, el uso final de esa herramienta es responsabilidad de quien las pone en marcha.
Para funcionar de manera óptima, utiliza el sistema de notificaciones automáticas de Apple y Google, que se suelen emplear de forma silenciosa —es decir, en segundo plano— para enviar señales a las aplicaciones instaladas en intervalos regulares de tiempo: por ejemplo, cuando el teléfono revisa de forma automática si han llegado nuevos correos.
Entonces, cuando una aplicación como Spotify no devuelve la señal (ping) al desarrollador, se registra como eliminada y las herramientas de rastreo añaden esta información al archivo asociado con la publicidad previamente configurada, con lo cual permite que el usuario reciba anuncios de la ‘app’ que ha desinstalado.
Hoy en día, esta práctica de utilizar las notificaciones ‘push’ para construir audiencias publicitarias viola las políticas de Apple y Google. No obstante, las compañías no se han pronunciado.
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