Los sueños de Schoklender en El Remanso. El juez requirió información al Banco Central para conocer el movimiento de veinticuatro cuentas bancarias de la Fundación Madres de Plaza de Mayo
En el barrio privado El Remanso, en Exaltación de la Cruz, hay unas casitas pintorescas, tipo chalet. El juez federal Norberto Oyarbide allanó ayer el predio y constató que por lo menos tres de ellas están hechas con los mismos materiales que la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo venía utilizando para la construcción de viviendas sociales, según informaron allegados a la causa. La pista sobre el posible desvío de los paneles fabricados por la entidad apareció en una carpeta en una oficina de las Madres, que ellas mismas aportaron a la investigación: «Proyectos para la clase media», decía el rótulo. Los papeles delataban que el oferente era una empresa privada, Construcciones Calificadas SA, integrada por personas del entorno de Sergio y Pablo Schoklender. A lo largo del día hubo más procedimientos dispuestos por el juzgado que, además, pidió al Banco Central (BCRA) los detalles de los movimientos de fondos de 24 cuentas que estarían a nombre de la Fundación o vinculadas con ellas. El objetivo central de la pesquisa es establecer si se desvió dinero público que estaba destinado a la Misión Sueños Compartidos para montar barrios enteros.
En junio último, en otro barrio cerrado, El Patacón, en Pilar, Oyarbide había descubierto otras construcciones hechas con los paneles de Madres, que son de telgopor, alambre y están revestidos con una fina capa de cemento. En este country por lo menos ocho de 17 terrenos pertenecían al círculo de Sergio Schoklender. En ese momento informó públicamente lo que había constatado al rascar las paredes. Lo mismo sucedió ayer en El Remanso, de unas 550 hectáreas, a la altura del kilómetro 71 de Panamericana. Las tres casas detectadas, según testigos del procedimiento, están habitadas y sus propietarios podrían tener vinculación con los hermanos Schoklender.
Los chalets habían estado exhibidos en avisos de Internet como modelo de vivienda ofrecida por la firma Construcciones Calificadas, creada en 2008 y compuesta por el abogado Hugo Gallardo, quien tuvo poder de administración en Madres de Plaza de Mayo; Patricia Alonso, mano derecha del mayor de los Schoklender en Sueños Compartidos (era directora administrativa) y en Meldorek; Manuel Camet, quien trabajaba con Pablo Schoklender y Enrique Rodríguez, ex ministro de Trabajo en el menemismo y ex titular de la Corporación Sur en el gobierno de Jorge Telerman en la Ciudad. A su vez, Gallardo y Camet eran socios de Pablo Schoklender en otros emprendimientos. Todos ellos están imputados. Construcciones Calificadas fue allanada meses atrás. De la carpeta encontrada en las oficinas de las Madres, donde se leía «Proyectos para la clase media», se desprendería un negocio privado que podría haber utilizado el paraguas –y el dinero– de la Fundación.
Otro procedimiento ordenado ayer por Oyarbide se hizo en la famosa quinta de José C. Paz, que contiene varias construcciones, pileta, quincho, juegos infantiles y hasta instalaciones para una boîte, y fue comprada a través de la empresa Antártica Argentina por un valor pactado en 65 mil dólares. Aquella operación, denunciada por dos diputadas de la Coalición Cívica, fue parte del origen de la causa. El titular de Antártica es el contador Abraham Gotkin, que era empleado de Madres y presidía Meldorek, firma del mayor de los Schoklender sospechada de haber sido máscara para desviar fondos públicos para las viviendas para gente de pocos recursos. En una cuenta de Antártica se depositaron cheques de la Fundación de las Madres, y el dinero lo habría retirado Gotkin. Los investigadores constataron que la quinta está deshabitada. En principio, Schoklender dijo que la había donado para montar un centro de rehabilitación de adictos, pero el gobierno bonaerense lo negó.
Oyarbide y el fiscal Jorge Di Lello analizan posibles maniobras de defraudación y lavado de dinero. Una parte de la investigación apunta a establecer el crecimiento del patrimonio de los hermanos Schoklender en los últimos años en relación con sus supuestos ingresos. Pero ahora está enfocada al recorrido que hicieron los cheques de la Fundación: el origen del dinero (si eran fondos del plan federal de viviendas) y su punto de llegada. La reconstrucción de esa ruta está a cargo de peritos, que son los que habrían sugerido pedir especificaciones al BCRA sobre 24, en entidades públicas y privadas, cuentas que serían de Madres de Plaza de Mayo o estarían ligadas a la institución. En el organismo de derechos humanos señalaron que es posible que se hubieran abierto esas cuentas –aunque no las tendrían identificadas a todas–, pero suponen, aclaran, que lo hizo Sergio Schoklender cuando contaba con un poder amplísimo de administración. El cambio de cheques en financieras es otra de las modalidades de desvío de fondos investigada.
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