El presidente saliente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, alertó de la gravedad de la crisis de deuda soberana en Europa, combinada con los síntomas de un posible colapso bancario.
«La crisis es sistémica y tiene que abordarse con determinación. Los gobiernos y las autoridades nacionales, así como las instancias europeas tienen que estar a la altura de la situación y actuar con rapidez», dijo el funcionario en declaraciones que difundió la agencia de noticias DPA.
Ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara, advirtió que «si hay más atrasos eso sólo agravará la situación».
«Hay evidentes señales de presión o de estrés en muchos mercados de bonos de estados europeos, y la volatilidad en los valores indica que hay tensiones que se están extendiendo a los mercados de capitales en el mundo entero», subrayó.
También puso el acento en la necesidad de impedir situaciones como la de la entidad franco-belga Dexia, adquirida en su rama belga por el Estado de ese país.
Dexia-Bélgica será dividida y separada en un banco «malo», cargado de activos tóxicos, y otro saneado.
La crisis en torno de Dexia disparó de nuevo las alarmas en Europa, ante la necesidad de recapitalizar algunas entidades con activos tóxicos.
En palabras de Trichet, existe una clara amenaza «sobre la estabilidad financiera» de la Unión Europea (UE), que podría contagiarse al resto del mundo si no se actúa con celeridad para conjurar los peligros de una posible segunda recesión en el Viejo Continente.
El cambio de fecha para la realización de la cumbre europea de Bruselas, que fue retrasada este lunes hasta el 23 de este mes, en lugar de para el 17 y 18, es positivo, dijo Trichet, siempre y cuando se tomen las medidas necesarias.
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