Argentina, Estados Unidos, Canadá y varios países de la región reconocieron al titular de la Asamblea Nacional, el opositor Juan Guaidó, como «presidente» de Venezuela, poco después de que el dirigente se autoproclamara desde las calles de Caracas.
Una postura contraria asumió Rusia y Turquía, mientras en América se negaron a reconocer a Guaidó los gobiernos de Bolivia, Cuba, México y Uruguay. Estos dos últimos hicieron “un llamado a todas las partes involucradas, tanto al interior del país como al exterior, para reducir las tensiones y evitar una escalada de violencia que pudiera agravar la situación”, según un comunicado conjunto, difundido por la Presidencia uruguaya.
Desde Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, puso de relieve el «mandato democrático» de Guaidó, y sostuvo que, «a diferencia de Maduro, la Asamblea parlamentaria tiene un mandato democrático de los ciudadanos venezolanos».
El primero en reconocerlo fue el presidente de Estados Unidos, Donald Trump:
«En su rol como la única rama legítima del gobierno debidamente electo por el pueblo venezolano, la Asamblea Nacional invocó la constitución del país para declarar ilegítimo a Nicolás Maduro y, por ende, la oficina de la Presidencia quedó vacante», argumentó Trump para justificar su reconocimiento a Guiadó, en un comunicado difundido por la Casa Blanca a la prensa.
Tras el reconocimiento de Estados Unidos, otros gobiernos de la región lo siguieron.
Desde Twitter, el presidente Mauricio Macri sumó su apoyo a Guaidó y lo reconoció como «Presidente Encargado» de Venezuela.
«Argentina apoyará todos los esfuerzos de reconstrucción de la democracia venezolana y el restablecimiento de las condiciones de vida dignas para todos sus ciudadanos», agregó el mandatario.
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