El estudio titulado “The Welfare Effects of Social Media” (“Los efectos en el bienestar de las redes sociales”) fue comandado por investigadores de Stanford y la Universidad de Nueva York con el fin de indagar qué sucede cuando nos desconectamos de esas plataformas que parecen tan importantes para nuestras vidas.
Para concretar el estudio, los investigadores reclutaron a 2.844 usuarios de Facebook entre los cuales eligieron participantes al azar para que desactivaran sus cuentas en la plataforma durante un mes.
Como esa tarea puede parecer un desafío para muchos, con el fin de garantizar el compromiso de los usuarios con el estudio, se les pagó y además sus cuentas fueron supervisadas para que no accedieran a escondidas de los investigadores.
Así, durante el mes de la investigación, los usuarios seleccionados dejaron sus cuentas de Facebook, mientras los investigadores se comunicaban constantemente con ellos para monitorear su estado.
En base a esos datos, recogidos en la antesala de las elecciones intermedias de Estados Unidos 2018, se determinó que dejar Facebook tendría un efecto positivo en el bienestar de las personas, que si bien sería pequeño en términos generales, es una mejora al fin y al cabo.
De acuerdo al estudio, dejar la red social lleva a un mayor bienestar subjetivo, menos tensiones políticas y agitación de la capacidad de atención, además de un lógico incremento del tiempo que se dedica a amigos y familiares. A lo que se sumaría una disminución en el consumo de las noticias.
“La desactivación (de las cuentas) provocó mejoras pequeñas pero significativas en el bienestar, y en particular en la felicidad, la satisfacción con la vida, la depresión y la ansiedad autoinformadas”, explica el estudio. “Los efectos sobre el bienestar subjetivo medidos por las respuestas a los mensajes de texto diarios breves son positivos pero no significativos”.
De todas maneras, el artículo plantea que alguno usuarios lograron mantener sus cuentas de Facebook desactivadas una vez que el estudio concluyó, lo que probaría otro punto para los investigadores.
“Nuestros resultados también dejan en claro que las desventajas son reales. Encontramos que cuatro semanas sin Facebook mejora el bienestar subjetivo y reduce sustancialmente la demanda posterior al experimento, lo que sugiere que fuerzas como la adicción y el sesgo de proyección pueden hacer que las personas usen Facebook más de lo que lo harían”, concluye el estudio.
Si bien, Facebook tiene sus ventajas y todavía sigue siendo una plataforma importante para contactar personas, de un tiempo a esta parte se ha convertido en un espacio cada vez más hostil. Por lo que estos resultados no son de extrañar, más aún cuando la medición se realizó en un período de tensión política en Estados Unidos.
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