En la última campaña de granos gruesos el maíz fue el gran protagonista marcando un rinde promedio récord, con 86,5 quintales y picos que superaron los 130/150 quintales, en 2010 el trigo también ya se ganó un lugar en la historia.
Con el 53% de la superficie cosechada, mientras se aguarda que la recolección comience a generalizarse en la región del sudeste bonaerense, la principal zona triguera, lo visto hasta el momento sorprende. Hay enormes rindes en casi todas las regiones y con promedios de un 30 a 50% más que 2009, según las zonas.
El rinde promedio a nivel nacional está en 30,5 quintales, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, superior a los 25,7 quintales de 2009/2010 e incluso superior al récord de 28,6 quintales de 2007/2008. La contracara son las trabas a la comercialización que tienen los productores por la intervención oficial.
En Marcos Juárez, Jorge Nisi, coordinador del programa de mejoramiento de trigo, cuya sede está en el INTA Marcos Juárez, fue categórico. «Los rindes máximos están fluctuando entre 7500 y 8000 kilos por hectárea, habiendo picos que llegan a 9000 y 10.000 kilos. Estos rindes son récords», contó. Allí, el rinde promedio se está estimando en 3500/4000 kilos. En 2009, que tuvo máximos de 5000 a 5500 kilos, en esa zona el promedio fue 2200 kilos.
Juan Pablo Ioele, asesor del CREA Posta Espinillos, que comprende el sudeste cordobés, comentó que en su CREA los rindes van de 50 a 70 quintales. Hasta hay rendimientos de 35 quintales en campos malos.
En el CREA donde está Ioele subieron los rindes promedio. Así, de un promedio de seis años con 35 quintales por hectárea pasaron a 45 quintales, un 30% más.
En Pergamino y zona de influencia los rindes también vuelan. Omar Polidoro, del INTA Pergamino, expresó que allí son «excepcionales», con máximos que van de 6000 a 8000 kilos por hectárea. En 2009, los picos de rindes estuvieron en 5500 kilos.
Si se habla de promedios, en Pergamino hoy estarían en 5000 a 5000 kilos, superando en un 35 a 40% el año pasado.
Pero hay más zonas con rindes altos. «En Entre Ríos, por segundo año consecutivo se lograron rindes excepcionales en La Paz y Victoria. Se alcanzaron rindes cercanos a los 58 quintales por hectárea y, más hacia el sur, en la zona de Gualeguay, también se consiguieron rindes parecidos», señaló Guillermo Alonso, gerente del servicio técnico de Nidera.
Jorge González Montaner, coordinador agrícola de la zona Mar y Sierras de Aacrea, agregó más datos. «En Entre Ríos y Santa Fe éste es un año de récord histórico. En la zona de La Paz llegamos a 7000 kilos por hectárea. En Las Rosas [Santa Fe], a 8000 kilos en campos con buena condición de napas».
Jorge Minteguiaga, coordinador de la región CREA Sur de Santa Fe, que abarca el sur de Santa Fe y el sudeste de Córdoba, expresó que el promedio quedaría en un nivel alto.
«Probablemente, en los grupos CREA de la región se concrete un promedio de 55/57 quintales por hectárea, pero hay zonas y lotes con rendimientos de 70 y cercanos a 80 quintales», apuntó. Para María Teresa y Teodelina, el productor Agustín Avellaneda contó que los rindes estuvieron entre 60 y 70 quintales, con más de 70 en los mejores lotes. Los lotes regulares fluctuaron entre 5o y 55 quintales.
También hacia el oeste bonaerense el trigo sorprende. «En la zona de Lincoln los rindes rondan los 5500 kilos por hectárea, en promedio de lote. Hay lotes de mayor potencial, cerca de los 6000 kilos, pero son una excepción», señaló René Martineau, coordinador de la zona oeste de Aacrea.
En Lincoln, el productor Roberto Riera obtuvo 6900 kilos de promedio en 17 hectáreas y otros 6100 kilos en otras 18 hectáreas.
En la Cuenca del Salado también hay buenas noticias por el cereal. Por ejemplo, Maximiliano Zavala, integrante de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, dijo que en Madariaga y Maipú hay «rindes espectaculares de 60 y hasta 70 quintales».
En el sudeste bonaerense, en algunos casos comenzaron a levantarse los primeros lotes. Así, en la zona de Tres Arroyos, Guillermo Pailhé cosechó el miércoles pasado en El Rancho Grande un trigo sembrado interlineado (se hizo así con el objetivo de concentrar fósforo en la línea) en un lote de 45 hectáreas que rindió 4830 kilos. «En este caso la densidad de siembra se bajó en un 10% y los rindes están superando en 20 a 25% a la media de un campo con tosca a 50 centímetros», expresó.
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