La baja de precios internacionales y la intervención oficial en el mercado impiden recuperar lo invertido en la siembra en muchas zonas.
Luego de muchos esfuerzos para implantar 4,64 millones de hectáreas de trigo, poniendo en juego más de 5200 millones de pesos, la caída de precio determinará que los agricultores tengan quebrantos con el cultivo, en el caso de que puedan venderlo.
La cuenta del trigo 2010/11 es sencilla: en un campo alquilado para trigo-soja del oeste de Buenos Aires, el rinde indiferencia para cubrir los costos con los precios a cosecha es de 55 qq/ha. Este valor está muy por encima del rinde promedio zonal, de 29 qq/ha. Expresado de otra manera: quien apostó al trigo en esta campaña en esa zona no sólo no ganará nada, sino que perderá el equivalente a 26 qq/ha.
En la zona sur de Buenos Aires, el rinde de indiferencia asciende actualmente a 61 qq/Ha, correspondiente a un campo arrendado para trigo, frente a un rinde promedio zonal de 34 qq/ha.
En el NOA las cuentas son más desfavorables aún, debido a una menor productividad zonal, a la mayor distancia al puerto y a la necesidad imperiosa de contar con trigo como cultivo esencial para la rotación y sostenibilidad del sistema.
Lamentablemente, los resultados en cosecha son muy distintos de los esperados al comienzo de la campaña 2011/12, cuando el trigo prometía una renta positiva y un rinde de indiferencia razonable.
Comentar post