El abastecimiento de combustibles recuperó su nivel normal, según los expendedores, pero la demanda no, porque sigue exacerbada por la psicosis de escasez para fin de año. Durante este fin de semana se repondrán 60 millones de litros más que en el anterior.
La escena de los días anteriores se repitió ayer en diversos barrios de la Capital Federal y sus alrededores. La mayoría de las estaciones de servicio mantenía inactivos los surtidores de nafta súper, mientras que frente a los puntos de venta en los que se comercializaba ese mismo producto se formaban colas de hasta tres cuadras de vehículos. «Si algunas estaciones no tenían combustible es porque lo habían vendido antes, porque la gente carga mucho más», remarcó el presidente de la Confederación del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), Marcelo Rovasio. «La entrega de combustible se normalizó ayer (por el martes). Esto lo confirmamos a través de la información que a diario recibimos de todas las cámaras y federaciones del país que integran la Cecha», informó. En general, las entidades de expendedores de combustibles coinciden con las firmas petroleras en que la demanda es inusualmente alta, por la concentración de automovilistas que quieren asegurarse el combustible por temor a que no haya durante el fin de semana. Pero desde las mismas firmas comercializadoras aseguran que se reforzará la distribución entre viernes y domingo. Fuentes de YPF aseguraron que pondrán a disposición 65,2 millones de litros más que el fin de semana anterior, lo cual debería alcanzar para atender todos los requerimientos.
«Estamos empezando a repuntar, ya pasamos lo peor de la crisis, que es no tener petróleo crudo». Así graficaba la situación de ayer Rosario Sica, titular de la Federación de Expendedores de Combustibles (Fecra). Hacía referencia al origen del conflicto, cuando un paro del personal jerárquico durante dos semanas impidió la salida de petróleo de la planta de almacenamiento en Chubut. «Una vez que terminó el conflicto, los barcos tardaron más de la cuenta en llegar a refinerías, tuvieron mala suerte con el clima», señaló Sica y agregó que «el crudo llegó a refinerías a fines de la semana pasada, y aunque están trabajando a pleno, se necesita tiempo. Lo que va refinando, se distribuye de la mejor manera posible. Pero la situación recién se va a normalizar en los primeros días de enero», estimó.
Otros referentes del sector indican que el equilibrio entre oferta y demanda llegará antes del lunes. Concretamente, aseguran que entre hoy y mañana el abastecimiento del mercado será prácticamente normal, y se reforzará en el fin de semana con una reposición extra. Al menos, es lo que estaría planificando YPF en su red de estaciones de servicio en las áreas urbanas más pobladas. Calculan reforzar la oferta de nafta en 65,2 millones de litros, el equivalente a prácticamente dos días de ventas normales. El jueves anterior habían batido el record de entregas para un solo día, con 43 millones de litros distribuidos.
Tal como señaló Rosario Sica en sus declaraciones a Radio El Mundo, el punto del conflicto se trasladó de la producción de crudo a la distribución de combustibles. El sistema de reposición en camiones cisterna resultó insuficiente para reabastecer a los puntos de venta al mismo ritmo en el que la demanda agotaba las existencias.
Las cuatro petroleras que dominan el mercado (YPF, Petrobras, Shell y Esso), lógicamente, privilegiaron el abastecimiento a la red propia. Pero como las estaciones «no oficiales» se quedaban sin combustible y colgaban el cartelito de «no hay nafta», esto concentraba la demanda sobre las de red oficial. Así, o se formaban largas colas o se agotaban rápidamente las existencias. Pero ese panorama sólo se verificaba en Capital y Gran Buenos Aires, donde la psicosis por la eventual escasez para el fin de semana dominó la escena.
Mientras la demanda siga exacerbada por el miedo, el problema para cargar combustible se mantendrá. Según coinciden varios pronósticos, esto quedará superado antes de que se despida el año en curso.
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