Adolfo Rubinstein
Si bien en los últimos días el gobierno corrigió el rumbo con medidas para contener la expansión del coronavirus, la reacción inicial subestimó los riesgos y estuvo teñida de un discurso ideológico que debe ser dejado de lado para atender con responsabilidad temas de salud pública.
Las epidemias y las pandemias forman parte de los miedos ancestrales de la humanidad desde que el homo sapiens conquistó la revolución agrícola hace más de 12.000 años.
El coronavirus es hoy una de las pandemias que ha azotado a la humanidad de entonces. Tuvimos casos como la gripe española en el siglo 18, como las pandemias de gripe más recientes, como la gripe A, el ébola o el SARS.
Hoy tenemos el coronavirus. Comenzó en China, se expandió a otros países, está encontrando un causa de contención en China, pero ya llegó a la Argentina.
Si bien se están tomando las medidas correctas desde lo individual y lo poblacional, se perdió un poco de tiempo al principio justamente por subestimar que esta epidemia iba a llegar indefectiblemente a la Argentina.
En parte, la razón por la cual se subestimó fue porque se trató de decir que en la Argentina lo que había era dengue o sarampión, pero no el coronavirus. Esto fue con una subestimación que dilató la preparación de la sociedad y de los sistemas de salud para enfrentar adecuadamente esta epidemia.
Estamos en este momento no hay que tener alarma ni tener pánico porque las cosas que se están haciendo son las correctas. Por ahora solo tenemos casos importados, pero es muy probable que en algún momento tengamos casos autóctonos y que el virus comience a circular y que esto haga que tengamos que recurrir a medidas de aislamiento y de contención mucho más estrictas como las ha adoptado China, como las ha adoptado por ejemplo Italia.
La realidad es que así como en el sarampión no tuvo ninguna responsabilidad el gobierno anterior porque es una epidemia global, tampoco la persistencia de casos de sarampión en estos últimos meses o el dengue o el coronavirus son responsabilidad ni culpa de este gobierno.
Tenemos que dejar de una vez a la salud fuera de la grieta porque porque no existe un virus que sea “nacional y popular” como el virus del dengue o un virus que sea “producto del imperialismo” como el coronavirus. Los virus son virus, atraviesan las fronteras y tenemos que trabajar todos juntos para controlarlos.
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