LA HABANA.- Cuba comenzará en cinco importantes industrias como la azucarera y el sector de salud el anunciado plan de ajuste laboral, que incluye los despidos de medio millón de trabajadores.
«A nosotros nos toca ser garantes del reordenamiento laboral que comenzará a partir de mañana», expresó el máximo dirigente de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Salvador Valdés, durante un encuentro con otros representantes laborales en la provincia de Holguín, al centro de la isla.
Ni en el semanario «Trabajadores» que el lunes reseñó el encuentro, ni las radios locales donde se difundió la noticia se especificó el momento exacto cuando se realizó el encuentro de dirigentes.
Según el funcionario, el proceso por el cual se recortarán medio millón de empleos estatales –un 10% de la actual planilla– comenzará por las industrias azucarera, la agricultura, la construcción, la salud pública y el turismo.
Un conjunto de normas de finales del año pasado estipuló que las personas declaradas «prescindibles» tendrán ofertas de trabajo por parte del mismo estado y si estas no se concretan se les otorgará un subsidio de desempleo según la cantidad de años de servicios prestados.
Hasta ahora no estaba claro cuando daría arranque el ajuste previsto, que según habían anunciado las autoridades se desarrollará hasta a lo largo del primer trimestre del 2011.
El propio presidente Raúl Castro indicó que la isla se propone «actualizar» su modelo comunista dada la crisis económica que hace insostenible una economía ineficiente y con una mucha permisividad laboral y plantillas infladas, aunque con bajos salarios.
«Como representantes de los trabajadores…tenemos que evitar violaciones, paternalismos, favoritismos y cualquier otra tendencia negativa», expresó Valdés, quien insistió en que pese al ajuste «nadie quedará desamparado», en clara alusión a los sectores más vulnerables de la sociedad y que podrían verse afectados en los recortes a subsidios y gratuidades, también anunciadas.
Paralelamente, el gobierno dispuso una ampliación de la entrega de licencias para el trabajo independiente –actualmente el 80% del la fuerza laboral es dependiente del Estado– en los servicios, la producción y el comercio con lo que las autoridades esperan estimular las finanzas nacionales y hasta fomentar las cooperativas.
También se refuerzan esquemas impositivos, algo a lo que los cubanos están desacostumbrados desde el triunfo de la revolución en 1959 cuando los impuestos fueron eliminados.
Además se espera un amplio debate nacional por centros de trabajo y en todos los barrios sobre el futuro económico de la isla que se desarrollará desde ahora y hasta la realización del VI Congreso del Partido Comunista, convocado por Castro para abril.
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