La Argentina está muy cerca de padecer la peor sequía de su historia. Hasta el momento la más grave fue la registrada durante 2008-09, cuando 18 meses sin interrupción de falta de lluvias provocaron la pérdida de producción de más de 36 millones de toneladas entre trigo, maíz, soja y girasol.
En esta oportunidad, la sequía no afectó al trigo, con rindes récord a nivel nacional de 3300 kg/ha y una producción probable de 15 millones de toneladas. El patrón de seca se instaló muy fuerte entre noviembre y diciembre de 2010 y lo que va de 2011, un golpe certero y mortal para los cultivos de verano. Así se han visto afectados en forma irremediable el maíz, la soja y el girasol.
La última evaluación efectuada por Agripac arroja un volumen de producción estimado para soja de 40 millones de toneladas y en el caso del maíz, de 17,5 millones. Estas cifras están muy lejanas de los 52 millones estimados a comienzos de campaña para la soja y de 25 millones para maíz, cuando nadie podía prever que las pérdidas podrían llegar a los niveles que han llegado en la actualidad.
Quedan todavía por sembrar casi tres millones de hectáreas de soja y hay otro millón de hectáreas que deberían ser resembradas, y esto se puede lograr si tuviéramos abundantes lluvias en el supercorto plazo.
Si bien muchos climatólogos, como el caso de Eduardo Sierra, ya habían anticipado esta sequía, en su gravedad y extensión, ahora vemos que está sucediendo.
Todo esto explica la firmeza actual de los mercados, que en estos momentos están en el valor nominal más alto de las últimas décadas con el maíz a 180 dólares por tonelada, la soja a 360, el trigo a casi 200 para mayo de 2011 y el girasol de la nueva cosecha a 373 dólares, el valor más alto alcanzado en precampaña.
Si tomamos la fotografía al día de hoy, la producción global podría llegar a 85 millones de toneladas, muy lejos de los 105 millones anunciados por el Gobierno, y que se resiste a bajar en la esperanza que Dios salve nuevamente a la Argentina.
En términos de ingresos de divisas, en los últimos dos meses las proyecciones para la campaña 2011 han sufrido una caída de 3500 millones de dólares, y en el caso del ingreso al Gobierno por retenciones la pérdida ha sido de 1000 millones de dólares.
Estimaciones
Hoy, si asumimos que mañana llueve y no hay más pérdidas de cosecha, estamos estimando un volumen de exportaciones de todo el sector agropecuario del orden de los 60,8 millones de toneladas, un ingreso total de divisas de 29.000 millones de dólares y un ingreso por retenciones de 8300 millones de dólares. La caída de los ingresos por exportaciones no ha sido mayor, pues la menor producción y saldos exportables se han visto más que compensados por el aumento que tuvieron el precio de las commodities agrícolas con respecto a la campaña anterior.
Mientras los volúmenes de exportación proyectados acusan una caída del 12%, el precio promedio de la canasta de commodities agrícolas tuvo un aumento del 38% en dólares en los últimos doce meses. Con la caída proyectada en el ingreso de divisas por la soja y el maíz, el Gobierno se verá obligado a liberar las exportaciones de trigo si es que pretende mantener un considerable ingreso de dólares durante el primer trimestre de 2011.
La historia aún tiene un final abierto, si en los próximos 10 días sigue la sequía tendremos que ir recortando aún más producción, saldos exportables e ingreso de divisas.
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