Durante el primer acto de reparación que había asumido el gobierno de José «Pepe» Mujica, en cumplimiento de un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
Se colocó un placa en el edificio donde funcionó el centro clandestino de detención de la antigua sede del Servicio de Inteligencia y Defensa del Ejército «en memoria de María Claudia García de Gelman y de todas las víctimas del terrorismo de Estado que estuvieron privadas de su libertad en este edificio».
El acto precedió a otro que tendrá lugar en el Parlamento, durante el cual Mujica asumirá, en nombre del Estado uruguayo, la responsabilidad en el caso Gelman, del cual se recuerda que María Claudia «se encontraba embarazada y había sido secuestrada junto a su esposo Marcelo Gelman en Buenos Aires en 1976. Fue trasladada a Uruguay en el marco del Plan Cóndor donde dio a luz a Macarena, presuntamente el 1 de noviembre de 1976», agrega la placa.
Durante la ceremonia, Juan Gelman, leyó un poema escrito para su su hijo Marcelo unos años antes de ser secuestrado y asesinado. La coordinadora ejecutiva de la Secretaría de Seguimiento de la Comisión para la Paz, Graciela Jorge, sostuvo que con ese acto «se busca dar cumplimiento» a la sentencia de la CIDH, que condenó al Estado uruguayo en 2011. Jorge, quien parió a una hija en prisión durante la dictadura, destacó la voluntad de las autoridades uruguayas de «seguir avanzando firmemente» en la «búsqueda de la verdad» en los casos de los detenidos desaparecidos: «Seguimos redoblando el esfuerzo para guardar la memoria», afirmó, poco antes de descubrir la placa junto con Macarena.
En la ceremonia también participaron representantes de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, y de organizaciones de expresos políticos y defensoras de los derechos humanos.
A partir de las 16 tendrá lugar el «acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional», como lo definió el Presidente en la carta de invitación dirigida a legisladores y dirigentes políticos. El canciller uruguayo, Luis Almagro, por su parte, aclaró que «no se trata de un acto de pedido de perdón» sino de asunción de la responsabilidad del Estado en el «caso Gelman».
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