El papa Juan Pablo II será beatificado el próximo 1 de mayo, tras la aprobación del Vaticano de un milagro atribuido a la intercesión del pontífice polaco, que fue la sanación de una monja francesa que estaba enferma de Parkisnon y que le rezaba a él para curarse.
El prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Angelo Amato, informó que el papa Benedicto XVI aprobó este viernes el decreto para beatificar a su antecesor Juan Pablo II, difundió la agencia católica Aica.
La beatificación de Juan Pablo II llegará seis años después de su muerte, ocurrida el 2 de abril de 2005 y pudo alcanzarse, gracias a la derogación de las normas canónicas que dispuso Benedicto XVI, para dejar sin efecto el plazo de cinco años que establece la iglesia católica para abrir cualquier proceso de beatificación.
La firma de Benedicto XVI era el único paso que faltaba para dar luz verde a la beatificación de su predecesor y fue avalada por 30 cardenales y obispos que forman parte de la comisión que estudió el caso y aprobó anteayer, el milagro atribuido a Juan Pablo II.
El hecho fue la sanación repentina de la monja francesa Marie Simon-Pierre, que estaba enferma de Parkinson y que después de la muerte de Karol Wojtyla, quien también padecía la enfermedad, le rezó permanentemente pidiéndole ayuda.
La religiosa superó, dos meses después de la muerte de Juan Pablo II, todos los síntomas de la enfermedad de Parkinson de forma «inexplicable» según reconocieron autoridades médicas.
El proceso se inició el 28 de junio de 2005 y fue nombrado «Siervo de Dios», por sus «virtudes heroicas» el 21 de diciembre de 2009, lo que significó el primer paso hacia su beatificación.
El Pontificado de Juan Pablo II duró 27 años y fue uno de los más largos de la historia.
Desde su elección el 16 de octubre de 1978, el pontífice realizó 104 viajes pastorales fuera de Italia y 146 en el interior de ese país.
Juan Pablo II realizó su primera visita a la Argentina el 11 de junio de 1982 cuando el país bajo la dictadura del ex presidente Leopoldo Galtieri estaba en guerra con Gran Bretaña, por las Islas Malvinas y su participación fue clave para el fin del conflicto.
En esa oportunidad, Juan Pablo II ante una multidud que siguió la misa que ofreció en el Monumento a los Españoles en el barrio porteño de Palermo, al día siguiente de su arribo, recordó a los muertos en Malvinas e hizo un pedido expreso de paz, que fue ovacionado por los miles de argentinos que participaron de la ceremonia.
La segunda visita de Juan Pablo II al país fue el 6 de abril de 1987 bajo la presidencia de Raúl Alfonsín, cuando fue fundamental su participación para saldar diferencias limítrofes que mantenía Argentina con Chile.
Pero, antes en 1978, cuando la dictadura de Jorge Rafael Videla iba a declararle la guerra a Chile por la pertenencia de las islas y territorios marinos al sur del Canal de Beagle, Juan Pablo II envió al país al cardenal Antonio Samoré, cuya acción evitó el conflicto bélico y culminó con un tratado de paz y amistad entre ambos países en 1984.
El embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, dijo a Télam que la noticia «era muy esperada» y recordó que el día del fallecimiento de Karol Wojtyla la plaza de la Basílica de San Pedro estaba colmada de carteles que referían a su condición de santo.
«Juan Pablo II fue una persona muy reconocida por la comunidad internacional, tanto para los católicos como para los que no lo son; por lo que el ambiente es muy propicio para la concreción de su beatificación», señaló Cafiero.
El embajador explicó que dentro del proceso fue «muy breve» el tiempo que transcurrió entre que la ciencia certificó el milagro y se decretó la beatificación.
«He participado de muchas ceremonias de beatificación y canonización, pero ésta es la primera vez que participaré de una de alguien contemporáneo», sostuvo.
Juan Pablo II fue el primer Papa polaco de la iglesia católica y había nacido el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, llegando a ser Arzobispo de Cracovia, antes de ser el Sumo Pontífice en 1978.
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