La Casa Blanca anunció hoy, una relajación de las restricciones de viaje y envío de remesas de sus ciudadanos a Cuba, una medida que considera que contribuirá a dar más independencia a la población de la isla frente a ese régimen.
Las instrucciones dadas por el presidente de EE.UU., Barack Obama, a los Departamentos del Tesoro, Estado y Seguridad Nacional, permiten las visitas a la isla de estudiantes, por motivos académicos, y de grupos religiosos.
Asimismo, se permiten los envíos de remesas a cubanos que no sean familiares, hasta los 500 dólares trimestrales.
Las medidas, que no requieren la aprobación del Congreso, entrarán en vigor en un plazo de dos semanas, según indicó la Casa Blanca en un comunicado.
La iniciativa, según la residencia presidencial, permitirá «aumentar los contactos entre los pueblos, apoyar la sociedad civil en Cuba, aumentar el libre flujo de información de, hacia y entre el pueblo cubano y ayudar a promover su independencia de las autoridades cubanas».
Se trata de la segunda ocasión en que el presidente Obama relaja las restricciones de viaje y de envío de remesas a Cuba, después de que en abril de 2009 anunciara que los estadounidenses de origen cubano podrían viajar a la isla cuando lo desearan.
Entonces Obama también anunció una relajación a las remesas enviadas a familiares, que podrían incluir más productos.
Según la Casa Blanca, la medida se tomó sin contactar con el Gobierno cubano, que sólo supo del anuncio cuando se dio a conocer de modo oficial, indicó un alto funcionario que habló bajo la condición del anonimato.
«Esto no es algo que estemos haciendo con el Gobierno cubano, sino con el pueblo cubano», explicó el alto funcionario.
EE.UU. y Cuba celebraron esta semana su cuarta ronda de conversaciones sobre migración y la subsecretaria de Estado adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, pudo reunirse con Alan Gross, el contratista estadounidense que lleva más de un año detenido en la isla.
En concreto, las instrucciones de Obama dadas a conocer hoy permitirán el viaje a la isla de organizaciones religiosas y que las instituciones educativas superiores puedan patrocinar viajes a Cuba de sus estudiantes por motivos académicos.
Asimismo, se permitirá que instituciones académicas con una licencia específica -solicitable a la Oficina de Control de Bienes Extranjeros- puedan patrocinar seminarios o talleres académicos relacionados con Cuba y permitir la asistencia de profesores y estudiantes.
También se permitirán «licencias específicas para una mayor variedad de actividades periodísticas».
Para facilitar estos viajes, cualquier aeropuerto internacional de EE.UU. podrá servir ahora de punto de partida o de regreso de vuelos charter hacia o desde Cuba.
Los únicos requisitos que deberá cumplir será contar con servicios adecuados de inmigración y aduanas, y que un proveedor de esos vuelos haya expresado su intención de cubrir esa ruta.
Hasta el momento, tan sólo tres aeropuertos en todo EE.UU. -Los Ángeles, Miami y Nueva York- podrían servir de punto de aterrizaje o despegue a vuelos procedentes o con destino hacia la isla.
En cuanto a las remesas, el presidente Obama ha dado hoy instrucciones para que cualquier estadounidense pueda enviar hasta 500 dólares por trimestre, a personas en Cuba que no sean familiares suyos para apoyar actividades económicas privadas.
La excepción a este permiso serán funcionarios del Gobierno o del Partido Comunista cubano, que no podrán ser beneficiarios de esas remesas, precisó el anuncio.
Los cambios suscitaron las críticas de quienes se oponen a flexibilizar el embargo que EE.UU. mantiene contra Cuba desde 1962.
La legisladora republicana Ileana Ros-Lehtinen, de origen cubano y presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, consideró que suavizar estas restricciones «no ayudará a mejorar la situación por una Cuba democrática».
«Estos cambios no lograrán que el régimen castrista respete los derechos humanos. Y seguramente no ayudarán al pueblo cubano a liberarse de la despótica tiranía que los oprime», aseguró.
Pero el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, consideró que las medidas «abren el camino para… forjar vínculos más profundos que interesan a EE.UU. hoy y en el futuro».
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